Graham Coxon / A + E

En la (interminable) lista de pecados de la prensa musical mundial, uno de los más recurrentes es el de atribuir la personalidad de una banda a uno de sus miembros. El líder se identifica con la banda y la banda con el líder. Ya puestos a desentrañar las guías de referencia del periodismo musical, líder es igual a cantante. Tras esta primera afirmación absoluta pueden seguir variaciones que hablan sobre la rivalidad con otro miembro o la existencia de un tapado que es el genio en la sombra. En estos casos, el otro siempre es el guitarrista. Existen contadas excepciones a este esquema: The Beatles, Led Zeppelin, poco más.

Una de las grandes simplificaciones de la historia del pop es decir que Blur es Damon Albarn y Damon Albarn es Blur. La apostilla a esta sentencia es que el genio en la sombra fue Graham Coxon. Ya eran suyos varios de los grandes temas de los ingleses (‘You’re So Great’ y ‘Coffee & TV’ figuran a la cabeza de mis favoritos) y sus álbumes en solitario -lleva ya ocho- se muestran mucho más cercanos a la ortodoxia de la banda nodriza que los de Albarn. No solo en que son más pop, más brit-pop, sino que cuando hay que ponerse burro, denso y experimental, no puedes evitar acordarte también de aquellos gloriosos 90 y pensar que la rivalidad con otra famosa banda del momento fue absurda: con el tiempo, la carrera de Blur ha demostrado ser muy superior.

‘A + E’ no sorprende a quien ha seguido la carrera en solitario de Coxon: regresa al pop a medio camino entre lo freak y lo tumba-estadios después de la aventura folk de su anterior referencia, ‘The Spinning Top’. Toca todos los instrumentos a excepción de los sintetizadores, tarea que le ha encargado a Ben Hiller, productor del último disco de Blur, ‘Think Tank’ (2003), que merece una reinvindicación después del ninguneo que sufrió en su día. La apropiación del ritmo ‘motorik’, popularizado por Neu!, unido a la extensión de las canciones (la mayoría se acercan o pasan de los cinco minutos) hace que este sea un álbum denso, intenso y constante como una obra de ingeniería alemana.

‘Advice’, ‘City Hall’ y ‘What’ll It Take’ hacen uno de los comienzos más poderosos de un LP este 2012. ‘Meet And Drink And Pollinate’ baja las revoluciones pero mantiene el encanto gracias a sus ruidos electrónicos de medio pelo. En ‘The Truth’, sin embargo, Coxon se enfanga en el barro con un tema que podía ser un hitazo pero que a estas alturas del disco cansa. Y la producción no ayuda a levantarlo. ‘Seven Naked Valleys’, más ligera, consigue remontar, mientras que ‘Running For Your Life’ -un tema muy de los Blur de mediados de los 90- y ‘Bah Singer’ intentan mantener el tipo alejadas del aroma kraut que inunda el disco. Antes de llegar el final nos corta el paso ‘Knife In The Cast’, el temas más retorcido de ‘A + E’, con un bajo oscuro salido de un abismo y en el que las guitarras dan ligeros destellos de luz, para cerrar con ‘Ooh, Yeh Yeh’, lo más Blur del repertorio, un tema que -será por comenzar de forma acústica- parece que te deja respirar todo el aire que era negado en los nueve anteriores.

La carrera de Graham Coxon apuntala su solidez con este último LP. No depara grandes sorpresas, sigue su ritmo ajeno a los vaivenes de la industria musical, pero es uno de los pocos capaz de mantener una garantía de calidad con el paso de los años. Quizá es hora de que el tapado considere que merece más atención y empiece, él y su discográfica, a actuar en consecuencia.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘What’ll It Take’, ‘Seven Naked Valleys’, ‘Knife In The Cast’, ‘Ooh, Yeh Yeh’
Te gustará si te gustan: Blur, Art Brut, Pegasvs
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Marcos Domínguez
Tags: graham coxon