‘Rock of Ages’ ha sido uno de los grandes batacazos del verano en EEUU. No es de extrañar. Por muy degradado con esté actualmente el género musical, este “homenaje” al heavy ochentero (destinado a ofender a los amantes del género) no se lo traga ni el más fan de las camisetas rockeras de H&M. Siguiendo la línea marcada por franquicias musicales como ‘Mamma Mia!’, ‘Rock of Ages’ pone un argumento calcado al de ‘Burlesque
’ (2010) -paleta cantarina llega a la ciudad, conoce a camarero cantarín y acaba trabajando en un club con dificultades económicas- al servicio de unos números musicales con menos gracia que ir a un karaoke sin amigos. Una colección de greatest hits del glam metal que incluye canciones de Def Leppard, Journey, Bon Jovi, Twisted Sister, Poison o, cómo no, el ‘More Than Words’ de Extreme.Favorita desde ya a los Razzies de este año, ‘Rock of Ages’ no funciona ni como homenaje nostálgico para cuarentones ni como divertido revival posmoderno. Pero eso sí, hay dos razones para no huir en dirección contraria a los cines donde la proyecten: 1) sale un mono (que no es la gran Crystal, pero no está mal), y 2) esconde una lectura de lo más esperanzadora: después de su fracaso en taquilla quizá nos libremos de… ¿qué sería lo próximo? ¿’Nirvana, el musical’? 2.