Este nuevo título se sitúa en años menos recientes para trasladarnos a los tiempos de la Reina Victoria, uno de los personajes más cómicos, que como Charles Darwin, otro de los grandes símbolos británicos del siglo XIX, es parodiado de manera delirante, dejando clara la falta de límites de Aardman para abordar temas poco usuales en este género.
En esta historia de piratas que fallan en la mayoría de sus asaltos, los intérpretes secundarios también pueden contribuir al éxito de cualquier misión. Sorprendentemente el resto de personajes no resulta tan divertido, lo que incluye al Gran Capitán, que sólo se salva gracias a los momentos en que baila como Michael Jackson o James Brown, aunque sería injusto no reconocer los secundarios mudos y sin texto, también habituales en la factoría británica, y las ideas que estos pueden llegar a aportar. Contando con una caricatura hasta de la gala de los Oscar, el cometido de estos piratas será ganar el premio al Pirata del año, una ceremonia orquestada con la banda sonora de ‘2001, Odisea en el espacio’ que, junto a otras apariciones musicales estelares de The Pogues o el ‘London Calling’ de The Clash, dan un punto más de flema británica a la acción.
La destreza tecnológica empleada, a diferencia de en otros títulos recientes en la técnica stop-motion, da velocidad a la narración, desarrollada sobre una amplia paleta de colores y una multitud de detalles que llega a ser apabullante en ocasiones. Un caramelo que viene envuelto con el doblaje acertado, en la versión original, de Hugh Grant como el capitán, Imelda Staunton como la Reina Victoria o con una de las piratas candidatas a Pirata del año, por Salma Hayek. En la versión en castellano nos encontramos con Iniesta, sí, el jugador de fútbol. 8.