Kieran Hebden continúa desarrollando su interés por la electrónica de baile en ‘Pink’, decididamente más enfocado a los clubs que el álbum anterior. En ese sentido, la lúgubre ‘Pyramid’, de impresionantes bajos, es lo mejor que ha hecho desde su colaboración con Burial en la fantástica ‘Moth’ (a quien recuerdan también los samples vocales) y, sin ninguna duda, el tema del disco que más potencial tiene para arrasar en las pistas gracias sobre todo a su ritmo frenético. ‘Pink’ es mucho más que una colección de sencillos colocados uno detrás de otro y de la secuenciación de sus temas se intuye el interés de Hebden por confeccionar esta recopilación de singles de manera que el conjunto fluya perfectamente como si de un álbum “normal” se tratara. Así, el primer sencillo que conocemos de ‘Pink’, ‘Pinnacles’, cierra ahora el álbum, y normal, porque con ella el disco no podría terminar más arriba que con esta completa locura de efectos, sonidos y ese sample de piano jazzístico que supone sin ninguna duda uno de los momentos más memorables de esta entrega.
En conjunto, es admirable cómo Four Tet logra conjugar a la perfección unos temas claramente enfocados a los clubs –a excepción de una de las piezas nuevas, la ambiental ‘Piece for Earth’, de bellos sintetizadores cósmicos y suavísimos beats, a los que se une más tarde lo que parece ser una especie de flauta, hacia el final– con una riquísima paleta sonora de todo tipo de tonalidades, texturas y colores. La otra producción nueva, ‘Lion’, cuenta con una progresión brillante en la que poco a poco van añadiéndose cada uno de sus elementos y, cuando el tema ha atrapado por completo al oyente, aparece de la nada una kalimba para enriquecer, aún más si cabe, la escucha de esta deslumbrante pieza cercana al house. Este es básicamente el patrón seguido por los temas de ‘Pink’, donde al final ‘Jupiters’ parece su producción más lograda, pues son claramente identificables sus tres partes, la primera reinada por los sintetizadores cósmicos, la segunda por los beats potentísimos y polvorientos y, por último, la tercera, que es la unión de ambas.
De cada una de estas piezas se podría destacar algo y uno se quedaría corto. ‘128 Harps’ parece uno de esos experimentos del hip-hop actual, sampleando la melodía de una arpa (dicen que más que inspirada en la hermosa composición de John Cage ‘In A Landscape’) y utilizando un beat bastante negro; la misma ‘Piece for Earth’ es ligeramente reminiscente de los primeros múm; los ritmos cojos de ‘Locked’ y ‘Ocoras’ le recuerdan al oyente que efectivamente la influencia de Burial en la música de Four Tet continúa su curso; las atmósferas tétricas y lúgubres de ‘Pyramid’ o la misma ‘Ocoras’ están conseguidísimas; la fusión de elementos en la africanista ‘Lion’ o la jazzística ‘Pinnacles’ no podrían haber resultado más estimulantes, y de ‘Jupiter’, por último, nace cierta nostalgia ochentera al mismo tiempo que es todo un festival de beats.
En definitiva, Four Tet ha vuelto a rebasar las expectativas de sus oyentes con ‘Pink’, otro motivo más para reafirmar que el de Kieran Hebden es uno de los proyectos más excitantes de la escena electrónica actual. Capaz tanto de apelar a las emociones como de producir piezas sonoramente imaginativas y originales, Four Tet es una mente aún a día de hoy en plena ebullición creativa.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Lion’, ‘Jupiter’, ‘Pyramid’, ‘Pinnacles’
Te gustará si te gusta: The Field, Autechre, Burial
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