Esto dice su texto explicativo de protesta: «Hay que buscar nuevas formas de conseguir que la música sea inaccesible, pero prohibir está mal visto, así que la cultura ya no se prohíbe, ahora se penaliza, o, peor aún, se redefine. El fútbol y los toros son cultura, la música, el cine o el teatro son bienes de lujo. Sólo interesa fomentar ocios inofensivos, y se ataca todo aquel que pueda implicar una actividad intelectual que en un momento dado pueda volverse en contra de quienes deciden».