Actualmente gigantes de la venta digital como Apple y Amazon, que promocionan las nubes digitales, necesitan de servidores que consumen grandes cantidades de energía, eso descontando toda la que se emplea durante el proceso de descarga y de utilización de esa música. Para que nos hagamos una idea, “el streaming de un disco en internet 27 veces equivale a más energía de la que se emplea en la fabricación y producción del mismo cd en formato físico”.
Todo este gasto energético es probable que en breve cause un impacto medioambiental del que hasta ahora parece que nadie era consciente. “La aparición de aparatos inteligentes, combinada con la llegada de la conectividad masiva y la navegación de alta velocidad continúa revolucionando nuestro consumo de música. Esos cambios también tienen importantes implicaciones para el medio ambiente. Lo que, en la era pre-digital, era poner una aguja en un surco o apretar un botón de play, hoy está incrementando los servicios de almacenamiento en nubes y streaming alimentados por servidores que necesitan mucha energía”.