Eric Cihigoyenetche, alias El Brindador, dio el pistoletazo de salida a las actuaciones de la noche acompañado por miembros de Big City y Picore al bajo, teclados y batería, respectivamente. Presentó algún tema de lo que será su próximo LP, además de interpretar canciones de su EP ‘Weird Stories‘ (2011) como ‘The Trick’ o ‘Forks & Knives’. Su peculiar voz hace que su folk coqueto fuera muy disfrutable, ideal para ponerse en situación y disfrutar con calma. La instrumentación adicional proveía un colchón que venía como anillo al dedo a los temas que sonaron. Hay ganas de conocer al completo su próxima propuesta.
Poco tiempo hubo para prepararse ante la avalancha de público que supuso el show de Lori Meyers. Pese a la temprana hora (las nueve de la noche son más propias de un artista principiante que de alguien digno de encabezar un cartel), Noni, Alfredo, Alejandro y compañía pusieron a bailar a la sala desde el minuto uno, en la que sería una de los últimas fechas de su gira. Recorrieron sus cuatro álbumes, haciendo las delicias de los presentes con ‘Nuevos Tiempos’, ‘Dilema’, ‘Sus Nuevos Zapatos’, ‘Mujer Esponja’ o ‘Luciérnagas y Mariposas’. La euforia fue creciendo a medida que pasaban los minutos y para el final de su concierto tenían guardado un trío de ases, formado por ‘¿A-Ha Han Vuelto?’, que enlazaron con ‘Mi Realidad’, provocando la locura colectiva. El colofón lo puso la siempre efectiva ‘Alta Fidelidad’, que desmadró tanto a audiencia como a banda, con un Noni descamisado y fuera de sí, invitando a todos a corear, con algún acople que otro al acercarse con el micro al frente del escenario. Pecata minuta al valorar una actuación más que notable. Que su (esperemos) vuelta al estudio traiga muchos más triunfos.
En otro tipo de entorno, podría parecer que con los conciertos de los granadinos y los británicos, lo mejor había pasado ya, pero nada más lejos de la realidad. Quedaba mucho por vivir y gozar y gran parte de ello vino dado de la mano de Love Of Lesbian, a la postre las grandes estrellas de la noche. Ya vivimos momentos similares cuando los vimos actuar en el pasado Sonorama y por tanto era de imaginarse lo que iba a suceder: contando con el mayor llenazo de la noche (y eso que con Lori y Maxïmo ya estaba a reventar la sala), la banda de Santi Balmes arrasó, dejándonos rendidos ante su majestuosidad y poder de convocatoria. Tal y como están haciendo en los conciertos de presentación de su notable ‘La Noche Eterna. Los Días No Vividos‘, comenzaron ambientando con ‘La Noche Eterna’ y provocando los primeros gritos de euforia al continuar con ‘Nadie por las Calles’ y otras como ‘Los Seres Únicos’. Volvieron a emocionarnos con ‘Allí Donde Solíamos Gritar’ en su nueva versión y con ‘Club de Fans de John Boy’, a la vez que las cantábamos a voz en grito. Uno de los momentos más especiales se vivieron con ‘Incendios de Nieve’ y sus silbidos y «lololos». Cerraron de manera (más aún) festiva su set con ‘Los Toros en la Wii (Fantástico)’ y la siempre presente ‘Algunas Plantas’, confirmándose como los triunfadores de este FIZ.
Bien entrada la madrugada, no cabía otra opción que la de mantenerse despiertos y Guille Milkyway tenía en sus manos la receta para seguir bailando. De vez en cuando, entre tanto salto y bailoteo, convenía echar la mirada al frente, pues La Casa Azul es muy posiblemente el proyecto nacional que mejor puesta en escena tiene: su indie-pop electrónico ya es lo bastante enérgico y mágico para dejarse llevar, pero las proyecciones y demás atrezzo son para quitarse el sombrero una y otra vez. Aún con su estupendo ‘La Polinesia Meridional‘ como excusa para visitarnos, ofreció un set variado en el que cupieron composiciones de su ya dilatada carrera, entre ‘Chicle Cosmos’, ‘Colisión Inminente (Red Lights)’, ‘El Momento Más Feliz’ o la inicial ‘Los Chicos Hoy Saltarán A La Pista’. En medio, Guille coló algún tema intimista para relajar la marcha, porque en algún momento había que parar para tomar aire y algo, pero la fiesta fue incontestable.