Mucho antes de que existieran Russian Red o Anni B Sweet, como corrientes o como conceptos, Ana Franco (la artífice de todo esto) ya se acompañaba de músicos como Charlie Bautista o Manuel Cabezalí de Havalina. Más de diez años de trabajo a las espaldas quedaron patentes anoche en este directo en el que la calidad del repertorio y la cercanía de los músicos conformaron un bonito show ante un público bastante numeroso y respetuoso con lo que en ese escenario ocurría.
Al inicio, rompiendo el hielo, sonaba ‘Fear Of The Light’. Entre los músicos se encontraban Andrés Cabanés, Javier Couceiro (Havalina), Jesús Montes (que ha tocado el bajo con Rosenvinge, Anni B sweet, etc) y los inigualables coros de Ester Rodríguez (Amigos Imaginarios). Los nervios se hacían notar y la voz de Ana irrumpía tímidamente en la sala dando la bienvenida a los asistentes y anunciando su nuevo trabajo. Después sonaron ‘Why You Why Now’ o ‘Uppers & Downers’, que fueron calentando el ambiente. Fuera a causa de los nervios o de los pequeños problemas técnicos, Ana estaba demasiado pendiente de sus chicos girándose demasiado a menudo, desvinculándose de manera no intencionada de su público, algo que, aunque no deja de ser una falta leve, podría convertirse claramente en un punto a mejorar. Como la ubicación en el escenario de Ester Rodríguez. La intensidad de sus coros es tal y su presencia es tan arrolladora que debería situarse algo más alejada de la primera línea para no acaparar algunos focos que deberían corresponder únicamente a la voz solista. Aun así, la cohesión entre todos ellos es muy grande y las canciones están tan bien estructuradas que el concierto se acabó haciendo corto y de lo más ameno.
‘Dinda’ es uno de los temas estrella del nuevo álbum, inspirado en la abuela de Ana Franco (a la que dedica el disco). Efectivo tanto en su versión de estudio como en directo. También sonó alguna canción de su EP ‘From the Roof’, ‘Ukelele’ -paradójicamente tocada con violín- y ‘Adán’, esa deliciosa ranchera cantada, obviamente, en castellano. En el puesto de merchandising: chapas, discos, camisetas y una mini-oficina de la Fundación Mozambique Sur con la que se podía colaborar allí mismo abriendo nuevos caminos a la solidaridad y la cooperación. ‘Symmetry Of A Song’ cerraba con broche de oro el concierto (aunque luego vendría un bis corto y preciso), ya todos más tranquilos, más animados y dejando muy claro cuál es el sitio de la banda y hasta donde está dispuesta a llegar. ¡Bravo! 7