Después de cinco episodios, la cosa no termina de mejorar, inclinando más la balanza hacia el «hype». ‘Revolution’ parte de un apagón universal que deja al mundo sin electricidad. Una idea atractiva que los guionistas sólo han sabido usar para convertir la serie en una suerte de batallita constante tipo Edad Media -a la que recuerda también en estética y hasta en el vestuario (!)- entre la Milicia surgida para dominar el mundo y la Resistencia de los buenos, con un exceso de luchas a brazo partido palpable -de nuevo- en esa tan gratuita que ha tenido lugar en el último episodio de momento, entre Graham Rogers y un Giancarlo Esposito bastante más sobreactuado como malo malísimo que en ‘Breakind Bad‘. Todo ello aderezado con todos los tópicos de las series de guerreros, con personajes maniqueos, sin matices y romances imposibles chico/chica.
Hay elementos en común con ‘Lost’: el hombre sometido a un entorno salvaje y sin ley, los flashbacks explicativos o el uso de la música. El problema es que la serie no termina de orientarse hacia ningún lado, y el público ya no tiene seis años de paciencia para esperar un desenlace que no deje satisfecho a nadie. En ese último capítulo de momento la serie ha logrado recuperar parte de los 3,5 millones de espectadores perdidos desde su comienzo en Estados Unidos (de 11,6 se pasó a 8,0). Ya tiene mérito después de que los tres primeros episodios acabasen prácticamente igual. Sin embargo, lo está logrando gracias a perros rabiosos que no pintan nada, trenes que no van a ninguna parte, secuestros que dejan las cosas como estaban y huidas que ídem de ídem. Es decir, los guionistas se están yendo por la tangente para crear tensión y ganar share… evitando centrarse en los misterios que expliquen el nuevo mundo, como deberían.
Calificación: 5/10
Destacamos: la camiseta de AC/DC. Muy bien traído el nombre del grupo.
Te gustará si te gustó: hasta ‘Flashforward’
Predictor: Conoceremos su desenlace, pero no durará seis años.