Todo el asunto viene propiciado por una invitación que Gaga hizo al grupo para ser los teloneros de su última gira, ofrecimiento que rechazaron, no de buenas maneras. Y así continúan con la historia, embarcando a un imitador de “Mother Monster” en una aventura por tierras del país africano. Aparte de su traje de carne, incluye un parto bastante peculiar y no acaba de manera feliz, como cabría esperar. Una vez más, la parte visual, responsabilidad también del grupo, vuelve a rozar la fina línea que separa lo sublime de lo grotesco.