La semana pasada la Guardia Civil sorprendía a un conductor llevando un maniquí disfrazado de señora, con sus gafas y su pañuelito al cuello, para evadir los controles que sólo permiten el uso del carril BUS-VAO de la A-6 a vehículos con dos o más ocupantes. Toma ya. No sabemos, no obstante, si solo la llevaba de un lado a otro en plan tramposillo para ahorrarse diez minutejos en llegar a la oficina, o si en cambio mantiene una relación más íntima y personal con la muñeca, en plan agalmatofilia, como en ‘Tamaño Natural’ de Berlanga.
Ahora que le han pillado, ¿cabe esperar que empiece a ir a trabajar por las mañanas acompañado de su hámster para no sentirse solo? Tantas dudas…