La baza del género que hizo populares a Moldy Peaches eran las melodías, y este disco, bebiendo del folklore nacional y no del anglosajón, va por ahí. ‘La boda’, ‘Ya no me acuerdo de ti’ o ‘Novias’, de títulos claros como el agua, se clavan en la cabeza con facilidad, y todas ellas, junto a otras como ‘Alba’ (en homenaje a los poemas árabes del siglo XIV que se cantaban para los adúlteros) cuentan con un poso de melancolía que marca.
Casi todas las canciones aquí contenidas ya las conocíamos de la edición limitada de ‘La cinta’ (aquel lanzamiento sobresaliente que incluía walkman de regalo) y de sus directos. Pero su calado es tal que han sobrevivido al hype durante todos estos meses. Ya sea a través del costumbrismo gastronómico (‘Manolo’), de la desolación ante la muerte (‘Testamento’) o de historias cotidianas bobas pero traumáticas (‘Pequeño saltamontés’ cuenta con su prima Esther, junto a la que la vimos interpretarla en el mítico concierto del Centro Asturiano de Madrid, en pleno Malasaña), todas cuentan con una personalidad arrolladora que las convierten en clásicos que parecen haber estado siempre ahí y que se recuerdan sin problema desde la primera escucha. Apenas ‘Burro’ toma prestada una estrofa de una canción popular de Salamanca, pero en general todo aquí es obra de Lorena (el moderno «dijiste que aguantarías y te corriste» de ‘Sin título’, tan atrevido como el arranque de ‘Back To Black’ de Amy, lo confirma). ¿No es inaudito?
Hay algo, sin embargo, demasiado holgazán como para que el disco alcance el 10 que podría merecer. Además de algunas canciones que pierden un poquitín de gracia tras una vez, como ‘Centro de atención’, una de las cumbres de su directo, pero no de este tracklist; en el último tramo, justo donde se han colocado las canciones más largas, el álbum se termina resintiendo de ese afán DIY. Su objetivo se comprende y su honestidad se agradece. Nadie quiere que aparezca Diplo por aquí para dar un ritmo moderno a ‘Ya no me acuerdo de ti’ (aunque le sentaría muy bien) o Ibon Errazkin para convertir ‘Sin título’ en un sofisticado ‘Popema’. Sin embargo, tampoco parece necesario el grado de improvisación al que llega ‘Adiós y a la Virgen’, o que haya pistas en las que la toma vocal roce lo inaudible. ¡Así no podremos convencer a todo el mundo de que este es el disco del año!
Pese a los defectos, ‘Anónimo’ es una paradójica ola de originalidad que probablemente permanecerá incomprendida (recomendamos no atender los comentarios que con toda probabilidad generará esta crítica). Las canciones aquí contenidas tienen el alma necesaria para pasar de generación en generación, como tantos temas populares «anónimos» que nos han llegado a través de nuestros antepasados. Lorena sabe como pocos apelar a nuestros sentimientos más básicos, con melodías que es imposible no canturrear mientras se cocina o se pasea por la calle, como sucedió a nuestros abuelos en un pueblo del norte o el sur a pelo, como sucede a las «modernas» protagonistas de ‘Sexo en Nueva York’ o ‘Girls’ en sus iPods («que me caso, que no me caso, que me caso, que me casaré») o como sucederá a nuestros nietos en otro formato.
Calificación: 8,4/10
Lo mejor: ‘Ya no me acuerdo de ti’, ‘La boda’, ‘Sin título’
Te gustará si te gusta: las verbenas, Espanto, Nosoträsh, Moldy Peaches
Escúchalo: Deezer