Enfundado en una cazadora de cuero y con un caracolillo asomando en su cabeza, Richard se abrió paso entre la multitud allí congregada con un tímido “hola”. En algo más de 90 minutos de concierto, el de Sheffield convenció a los allí presentes con su pose de gentleman que sabe sacar el genio y la fuerza cuando la situación lo requiere. “No entiendo cómo la gente se pone a hablar en los conciertos. Serán ricos”, criticaba de forma tajante.
Un rato después, y tras despachar un setlist con temas de corte atemporal entre los que no faltaron ‘Tonight The Streets Are Ours’ o ‘Soldier On’, Hawley volvió a demostrar su descontento, aunque esta vez la mirada estaba puesta en otros. “Nuestros líderes son idiotas”, recalcaba. Con estas palabras, el hasta entonces crooner cambió de pose y protagonizó el momento más oscuro de la noche -si dejamos a un lado la introducción con ‘Standing At The Sky’s Edge’-, con ‘Leave Your Body Behind You’ y ‘Down In The Woods’. Sin embargo, fueron dos medios tiempos los que pusieron fin a un concierto redondo en el que el heredero de Roy Orbison utilizó el rock para demostrar su furia. Tras la sublime ‘Lady Solitude’, el guitarrista dudó unos segundos antes de emprender la gran tarea que supone ‘The Ocean’ –a pesar de las súplicas de algunos por escuchar ‘For Your Lover Give Some Time’-. Y aunque nunca llueve a gusto de todos, no exageramos al decir que no hay mejor forma en acabar la semana.