Paul Banks / Banks

Justo cuando se cumplen diez años de la salida de ‘Turn On The Bright Lights’, el debut de Interpol, su frontman Paul Banks vuelve con un segundo álbum en solitario, precedido por un EP (‘Julian Plenti Lives…’, que vio la luz en junio) que apuntaba por donde podían ir los tiros, aunque nos lo podíamos imaginar sin contar con pistas. Ahora sí, sin el seudónimo de Julian Plenti y con su nombre -concretamente su apellido- como título, Banks trae diez nuevas canciones bajo el brazo, las cuales fueron grabadas entre Nueva York y Connecticut con la ayuda de Peter Katis, productor de confianza y también el de otras bandas como The National. La mejor baza del rubio cantante y guitarrista ha sido escribir canciones que, aun teniendo letras abstractas y melodías oscuras, siempre han acabado convenciendo gracias a un gancho que se debe por un lado a su innegable sensibilidad y por otro a la habilidad de orfebre con la que él y el resto de los miembros de la banda construían esos temas, dando rienda suelta a su talento con los respectivos instrumentos, pero sin pasarse de virtuosos; justo el punto necesario que hace redonda una canción pop. También se podrían hablar maravillas de su hipnótica voz, pero eso es algo de lo que se ha escrito sobradamente.

En la primera aventura al margen de su banda principal ya pudimos comprobar que, sin el veto de sus compañeros de grupo, tampoco ofrecía algo muy distinto a lo que ya conocíamos, con la salvedad de un mayor afán por experimentar con la electrónica y los samples. En aquella ocasión, aquellos elementos encajaban bien en la estructura de las canciones, pero se podía adivinar que si se dejaba llevar demasiado por la experimentación, el resultado podría no ser el deseado. Los avances de ‘Banks’ hacían presagiar un álbum potente, cargado de buen material que, efectivamente, comienza bien con temas como ‘The Base’ y ‘Over My Shoulder’, encuadrados en el estilo post-punk atmosférico que conocemos y amamos. Aunque el disco fuese un calco de ‘Antics’ o ‘Our Love To Admire’, no importaría, porque rara vez se ha salido Paul del camino recorrido y si a uno le gusta este caldo, se toma dos tazas o las que hagan falta. En serio, no hacía falta complicarse la vida, pero lo ha hecho: el tercer corte, ‘Arise, Awake’, empieza con una estrofa y un puente tranquilos, reconfortantes, pero sin venir a cuento, lo que parecía la columna vertebral del tema se transforma prácticamente en otra canción, donde una maraña de sampleado de voces, cajas de ritmos y sintetizadores que no hacen sino confundir y preguntarse cómo habría continuado el tema sin tanta ida de olla. Lo mismo pasa en la electrónica ‘Young Again’: tiene buenas ideas y por momentos parece que el estribillo te va a enganchar, pero unos parones y unos giros innecesarios acaban por cortar el rollo.

Tras ‘Lisbon’, una instrumental que no dice mucho, llegamos a la segunda mitad del álbum con ‘I’ll Sue You’ y ‘Paid For That’, que podían haber sido descartes del último y homónimo álbum de Interpol, es decir, suenan bien, pero sin dejar huella, algo que es preocupante a estas alturas del disco. ‘Another Chance’, un sinsentido de mezcla de samples, ritmos y melodías que no van a ninguna parte, vuelve a demostrar que a Banks no se le da muy bien probar con cosas nuevas. Por lo menos, el álbum no acaba demasiado mal, gracias a la contenida ‘No Mistakes’, que no pone el experimento por encima de la canción y a la clásicamente interpolera ‘Summertime Is Coming’, esta vez sin sonar demasiado a descarte. ‘Banks’, en resumidas cuentas, va a gustar solamente a los fans, pues su exceso de relleno y de canciones mal planteadas no va atraer a los que ya pasaban olímpicamente de Interpol.

Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘The Base’, ‘Summertime Is Coming’.
Te gustará si te gustasen: unos Interpol demasiado experimentales para su propio bien
Escúchalo: Preview en Spotify

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Publicado por
Miguel Sánchez