En realidad, no hay tantas diferencias entre este disco y su predecesor ni tanta conexión con su primer álbum. De hecho, el sonido desaliñado y lo-fi de sus inicios, del que aún quedaba algún vestigio en ‘The Monitor’, parece ya desterrado mostrando una clara evolución hacia algo más contundente y rotundo. ‘Local Business’ tiene un inicio tan arrollador como cabía esperar, con ‘Ecce Homo’, ‘Still Life With Hot Deuce on Silver Platter’ y ‘Upon Viewing Oregon’s Landscape with the Flood of Detritus’, en las que logran afianzar como nunca su crossover entre la tradición revisitada, al estilo Bright Eyes, y el rock al estilo de viejos reyes del underground como The Replacements o Hüsker Dü. ‘My Eating Disorder’, tras la dulce y necesaria intrascendencia del interludio ‘Food Fight!’, corona la primera mitad del álbum con ocho minutos que Stickles dedica a su Desorden Alimenticio Selectivo, que le lleva a limitar su dieta a apenas quince o veinte alimentos. Cualquier otra comida que se le presente, le origina ataques de pánico incontrolable.
Este comportamiento maníaco depresivo, que Stickles insinúa que es debido a que sus padres ocultaban calmantes en la comida para apaciguar su preocupante nerviosismo, sirve de base para desarrollar todo este tratado sobre el dudoso orgullo de saberse insignificante para la sociedad, reforzando sus principios anti-todo. «Puedes gritar durante cien años, esparcir a los cielos miles de maldiciones para describir todo lo malo que hace el hombre pero, cariño, no habrás empezado ni a rascar en la superficie» (‘Ecce Homo’), «Solo los mendigos me llaman señor, y algunos de mis sueños se convierten en realidad mientras el humo de la habitación de al lado se filtra» (‘In A Big City
‘), «Y sobre la calzada, por cada pedazo de cristal, hay mil sueños que nunca se alcanzarán, porque los sueños, como la gente, no están hecho para durar» (‘Upon Viewing Oregon’s Landscape With The Flood Of Detritus’, una referencia directa a su canción ‘Upon Viewing Brueghel’s Landscape With The Fall Of Icarus’) o «Intenta asimilar mientras seas joven que tu polla es demasiado pequeña para follarte el mundo» (‘In A Small Body’) son solo algunas de las más descorazonadoras y brillantes perlas que ocultan las jugosas letras de Stickles, que van mucho más allá de lo ácido, repartiendo sablazos a diestro y siniestro, desmontando fantasías revolucionarias con desarmante facilidad.El buen ritmo insuflado en su primera parte, sin embargo, se desinfla a partir de la furiosa ‘Titus Andronicus Vs. The Absurd Universe (3rd Round)’ y su mantra «I’m going insane», pese a la brillante ‘In A Big City’. La floja segunda parte de ‘In A Small Body’ resta méritos a la primera y la poco consistente'(I Am The) Electric Man’ (una canción sobre la electrocución que Patrick sufrió en escena hace un año) deslucen el tramo final, que termina con la amarga ‘Tried To Quit Smoking’, un desconsolado blues cuya ruidosa coda alargan hasta los nueve minutos. ‘Local Business’ quizá no cumpla las expectativas de quien esperaba que superaran un disco como ‘The Monitor’, pero realmente este álbum no tiene tanto que envidiar a aquel y, sin duda, confirma a Stickles como uno de los creadores más singulares del nuevo rock norteamericano.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Upon Viewing Oregon’s Landscape With The Flood Of Detritus’, ‘Still Life With Hot Deuce On Silver Platter’, ‘My Eating Disorder’, ‘In A Big City’.
Te gustará si te gusta: los Briht Eyes más rockeros, Japandroids, Cloud Nothings.
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