La casa estaba en venta desde 2008 por treinta millones de euros, pero no ha sido hasta ahora cuando Steven Mayers, inversor inmobiliario, se ha hecho con ella por poco más de catorce millones de euros
, la mitad de su precio de venta. Parece que ni siquiera la muerte del Rey del Pop en la finca ha hecho que el empresario pague el precio por el que la propiedad deseaba venderla.