“Este disco va a ser una mierda”.
Por su parte, la sensación de euforia es la que suele predominar una vez empiezas a grabar como tal y Paco empieza a poner en orden las ideas que traemos de casa, a quitarnos disparates de la cabeza, o a proponernos disparates muchos más absurdos y divertidos. Mientras grabas un disco tienes que creer que va a ser genial, que estás haciendo historia en la música. No es así. Repito. NO ES ASÍ. Y el resto del tiempo que pasas en el estudio, lo sabes. Pero mientras tocas o cantas, tienes que creerlo. Si no, mejor quédate en tu casa.
“Este disco va a ser la leche”.
Repasamos las canciones y discutimos posibles títulos para el disco. Es la primera vez que tenemos conciencia de grabar un álbum largo (‘Sí a todo‘ era más bien la suma de dos EP’s grabados con unos meses de diferencia, y luego hicimos ‘Hijo único’) e intentamos buscar un título que resuma su contenido. De momento ya me han rechazado ‘Es una cicatriz’, ‘Cómo vivir en pareja para siempre y feliz’, ‘Baila el camaleón’ y ‘No me llames’. El disco básicamente habla de la insatisfacción, del miedo al fracaso y del miedo al éxito, de si es mejor vivir persiguiendo algo con la falsa esperanza de que llene un vacío, o alcanzarlo y descubrir que ese vacío no se puede llenar. Es un disco de ruptura, para qué mentiros. Parece que ‘Tiempo de nísperos’ les convence más como título, menos a Eli, que lo odia, aunque la idea de pintar un bodegón con ellos para la portada sí que le gusta… Manu.