La historia de las t.A.T.u. se remonta a 1998, cuando Yulia Volkova (derecha) y Lena Katina (izquierda), que ya se conocían de antes (ambas formaban parte de la banda Neposedi), pasan las pruebas del cásting montado por Ivan Shapovalov, a la postre manáger del dúo y productor ejecutivo de su primer disco, para formar un grupo de chicas. Por entonces se las conoce como Tату (“Tatu” en ruso) en territorios como Bulgaria, Polonia o, evidentemente, Rusia, donde su álbum debut ‘200 по встречной’ (‘200 po vstrechnoy’) alcanza el medio millón de copias vendidas. Convertidas ya pues en estrellas en media Europa, Tatu pasan a ser t.A.T.u. para su puesta de largo internacional.
El éxito mundial no tarda en llegar. ‘All The Things She Said’, en parte gracias a su sonido pop medio industrial, en parte a su inolvidable videoclip en el que Yulia y Lena se daban el lote bajo la lluvia, se convierte en uno de los hits de la época y, diez años más tarde, solo puede ser considerado un clásico. Por supuesto, las t.A.T.u. construyen su leyenda a partir de la que venden como una relación de amor entre ambas, entendida por el público general como lésbica pese a que, palabras textuales de Lena, “jamás dijimos que éramos lesbianas […] Simplemente nos amamos la una a la otra”; pero también gracias a un sonido que, si bien provenía de un grupo pop prefabricado, logró captar el interés hasta de los fans del black metal.
Ahí exactamente residió el mayor acierto musical de ‘200 KM/H in the Wrong Lane’. Deshaciéndose de algunos temas de euro-dance cutrón como ‘Robot’ incluidos en ‘200 po vstrechnoy’, t.A.T.u. hizo de la versión en inglés de su debut un despliegue de tenebrosidad pocas veces visto en el mundo del pop, menos aún en la liga donde las chicas jugaban, más cercana a la de Britney que a la de Prodigy, por decirlo de algún modo. Pero seis millones de personas se acabaron comprando el disco, influidas sin duda por la controversia, pero también por el excelente material que este contenía, convirtiendo de pleno a t.A.T.u. en el proyecto musical más exitoso de la historia de Rusia, y una de las más célebres exportaciones europeas.
‘200 KM/H in the Wrong Lane — 10th Anniversary Edition’ es, por lo tanto, un lanzamiento bienvenido. Remasterizado para la ocasión, la verdad es que el álbum sigue sonando tan viejo y pasado de moda como siempre, pero la calidad de sus canciones no ha decaído un ápice. Claro que, a pesar de su posición de clásico, este nunca ha sido un disco perfecto porque solo trae ocho temas inéditos (uno de ellos una versión) y el nivel del álbum en conjunto no es lo regular que podría haber sido. Sin embargo, tanto los grandes momentos de este disco como el impacto cultural del mismo justifican de sobra una reedición que, de alguna manera, debía ser una realidad tarde o temprano.
‘A Simple Motion’, un “remake” en forma de balada de uno de los primeros singles de t.A.T.u. cuando eran Tatu, es el único tema inédito incluido aquí. Su primera versión en ruso, titulada ‘Простые движения’ (‘Prostie dvizheniya’) es una oscura pieza tan espectacular como los mejores sencillos del grupo, por lo que solo cabe lamentar que la versión en inglés no siguiera por esos tiros. De todos modos, esta canción y la remasterización del álbum son los únicos motivos que justificarían la compra de esta reedición, pues las remezclas nuevas, una de ellas a cargo de Fernando Garibay, son bastante ni fu ni fa.
Eso sí, las canciones conocidas ya por todos, como se ha apuntado anteriormente, continúan brillando tanto como cuando salieron por primera vez. La trepidante ‘Not Gonna Get Us’, quizás la obra maestra de t.A.T.u., permanece como uno de los “club bangers” más potentes de la historia del pop; por su parte, ‘All the Things She Said’ sigue siendo uno de los hits clave de la pasada década; ‘Show Me Love’ y su atmósfera lynchiana (atención a la conversación telefónica introductoria) será siempre una de las grandes oportunidades desperdiciadas de su carrera, y la desoladora balada ’30 Minutes’, recientemente sampleada por Lil’ Wayne, y para la que se grabó un videoclip tan brutal que da hasta miedo, cierra un inicio de álbum completamente espectacular.
A partir de aquí, ‘200 KM/H in the Wrong Line’ no presenta ningún clásico a la altura de sus primeras cuatro canciones, pero mantiene el nivel sin descuidar su concepto. ‘How Soon Is Now’ supone una notable rendición del tema de The Smiths; ‘Clowns’, el momento euro-dance del disco, suena perfecta para Halloween; ‘Malchik Gay’, de toda la vida una de las favoritas de los fans, divierte hoy tanto como ayer, y la mágica ‘Stars’, de influencias orientales (más adelante presentes también en la remezcla para ’30 Minutes’) recupera, ahora sí, la excelencia del inicio del disco gracias a una melodía hermosa y a un final que, por inesperado, resulta todo un acierto.
En 2005, t.A.T.u. dio continuación a su disco mítico con el casi igual de recomendable ‘Dangerous and Moving’, en el que participaron Sting e incluso John Carpenter. Pero el dúo ya no interesa lo mismo desde que se confirmara que en realidad no son lesbianas, y empieza la decadencia. En 2009 publican su tercer y último álbum, ‘Waste Management’, con irregulares resultados, y se anuncia la separación. Actualmente, la idea de un cuarto álbum de t.A.T.u. se antoja hasta ridícula, pero siempre tendremos ‘200 KM/H in the Wrong Lane’ para recordar lo grandes que fueron.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Not Gonna Get Us’, ‘All the Things She Said’, ‘Show Me Love’, ’30 Minutes’
Te gustará si te gusta: la idea de una fusión entre el pop y el rock industrial
Escúchalo: Deezer