El disco comprende canciones que van desde 1999 -‘Fish with Broken Dreams’, que no desentonaría en una película de terror- hasta 2010 -‘Castles In The Grave’ y ‘Angel of The Light’, que suenan como descartes de ‘We Must Become the Pitiless Censors of Ourselves‘. Los ecos y reverberaciones siguen siendo sello indiscutible aunque con matices. Es difícil percibir el cambio cuando los temas que componen el disco no vienen en orden cronológico, pero al hacer el ejercicio -parecen descolocados a propósito-, uno se da cuenta de que el John Maus primigenio estaba interesado en la no-wave y el más cercano a 2012 prefiere el space disco o la épica.
Recordar a Lizzy Mercier Descloux o James Chance en temas como ‘Lost’ es inevitable. ‘Big Dumb Man’ parece autobiográfica y ‘The Fear’ es una pócima en forma de canción que sirve para alejar “al miedo hijo de puta”. La brevísima ‘The Law’ parece sacada de un anuncio de televisión noventero y cutre. ‘All Aboard’ encajaría a la perfección en un videojuego y ‘No Title (Molly)’ suena como un ‘Enola Gay’ contempráneo. Ir a hora punta en el metro puede ser hasta entretenido escuchando ‘North Star’ y ‘This Is The Beat’, dos canciones que tienen el hechizo de lo cotidiano y además se aproximan a lo que sería el brillante »We Must Become…’. Dudo que quienes nunca se hayan sentido atrapados por la música del de Austin lo hagan ahora. No obstante, este largo supone una síntesis ideal para adentrarse en el universo de John Maus, que ofrece infinitos prismas.
Calificación: 7,5/10
Temas destacados:
’North Star’, ‘Fish With Broken Dreams’ y ‘Castles in the Grave’
Te gustará si te gustan: Geneva Jacuzzi, Ariel Pink, Anika, OMD
Escúchalo: Deezer