Najwa: «El pop me parece mucho más adulto que otras músicas»

Hace una semana, la polifacética Najwa Nimri se encontraba grabando en el Red Bull Studio del Matadero de Madrid, que durante esos días también fue sede de Expocomic 2012. Entre casetas ocupadas por los dibujantes y estudios de grabación, Najwa –ese día vestida como de andar por casa- nos recibió para charlar sobre su último disco y los diferentes proyectos que tiene en marcha.

‘Donde rugen los volcanes’ iba a ser en un principio un disco más parecido al anterior…
No.

En la nota de prensa lo ponía, lo presentaba como un álbum “de pasado acústico”. ¿Cómo fueron los primeros días en la elaboración del disco y cuál es el momento de inflexión en el que se decide a tirar por la electrónica?
En la electrónica es donde me he movido casi siempre, lo que decido es, como en ‘El último primate’, componer con acústica. En principio empezamos Raúl, yo y Uma (Vicente Miñana) con la guitarra eléctrica, haciendo sonidos sobre todo, y los loops los creaba Raúl. Raúl se pone a trabajar, yo quiero seguir creando y lo sigo haciendo con Uma, con una guitarra, con un sinte… daba igual, lo que quería era confeccionar la base de las canciones, cerradas. Mi ideal hubiera sido trabajar con sonido y estar ahí cantándolas, pero me encuentro en esta situación en que quiero seguir haciéndolo y lo hago con una guitarra eléctrica. Y luego lo pasamos a las máquinas.

La atmósfera del disco es por momentos inquietante. Por ejemplo, la letra de ‘Somos su nuevo invitado’ parece sacada de un sueño. ¿Era eso lo que pretendías?
Es más sacada de una pesadilla para poder ascender al sueño. Se puede decir que me muevo en unas letras no sé si nihilistas, pero no son… no hablan de cosas diarias, de cómo te levantas por la mañana, cómo haces el café… No son letras cotidianas.

¿Por qué?
No me sale.

En general, la producción del disco es de diez. ‘Esta noche’, sin ir más lejos, suena de miedo. ¿Estás satisfecha con él o cambiarías algo?
Llegados a este punto, sí. Cuando lo acabamos, estábamos felices. Sí es verdad que en la elección de sonidos estamos muy convencidos, ahora estamos intentando tocar los sonidos y llevarlos a otro terreno, pero nos siguen valiendo los sonidos que hicimos. La elección fue muy ardua, pero me gusta la sonoridad y me gusta la producción, pero quitaría elementos ahora.

¿Como cuáles?
Sintes en general, vocoder, relleno doble que lleva el pedal del bombo de la batería, llevaría un bombo muy tocado, un bajo muy tocado… Muy tocado quiero decir en frecuencia. Lo haría más minimal. Es cuestión de gustos en realidad, es más que nada una cuestión de estética, haces la canción y la vistes, pero ahora ya la vestiría de otra forma.

¿Lo que estás grabando ahora en los estudios qué es, entonces?
Estamos reversionando una canción. La teníamos muy llena y… llegó… a mí me interesaba mucho el sonido de graves que tenía, y de bombos, y se puso a producir algo con tres elementos.

¿Vais a hacer un disco completo?
Estamos hablando de hacer de todo, lo que salga de aquí espero que sea la semilla de más trabajo.

¿Cómo es el ambiente de trabajo en el Red Bull Studio?
Los estudios están configurados de una manera muy acogedora y con una acústica que funciona. El estudio concretamente en el que estamos me encanta, se puede trabajar súper bien, lo que pasa es que necesitamos estar más concentrados en lo que hacemos y con menos gente alrededor. Se concentra todo en una semana y entonces hay cámaras todo el rato, hay movimiento. Si quitas eso, es un estudio al que pagaría por venir.

Temas como ‘Nada nos puede pasar’ o ‘Somos su nuevo invitado’ sorprenden con sus giros hacia el final. ¿Es esto producto de la improvisación en el estudio, o sueles trabajar a partir de ideas bien definidas con anterioridad?
Concretamente, ‘Nada nos puede pasar’ es una canción que compuse con Uma y ‘Somos su nuevo invitado’ varió muchas veces. Nada es improvisado en realidad, son canciones más hechas. Ahora estamos haciendo cosas que tienen más que ver con la improvisación, aunque tampoco. Estamos tocando ahora en base a una voz que canto en directo pero que jamás he grabado. Entonces todo tiene que ver con la improvisación, pero no…

¿Hay alguna canción del disco a la que le tengas especial cariño?
Lo decía el otro día hablando con Mendetz, que las canciones son como algo precioso que les pasa y tienen cierto apego a algunas. A mí eso no me ocurre, siempre estoy en lo que puedo hacer después. Les tengo el cariño a todas, me importa más el concepto de álbum que de canción. Si tengo que pensar en canciones, te diría que cualquiera por separado se puede mejorar, les tengo cariño a todas pero no elijo ninguna.

Hablando de Mendetz, has estado colaborando con ellos en vivo y en estudio. Han puesto en Twitter que eres muy perfeccionista, ¿a qué se refieren?
La palabra lo indica. Supongo que no eres perfeccionista si no sabes lo que buscas. El sonido es muy difícil de concretar, lo tienes en la cabeza pero hasta que te comunicas con las otras personas y lo llevas a cabo, es complicado. En el caso de Mendetz, hablan de perfeccionismo en cuanto a que no me vale cualquier voz. Entonces trato de hacerlo para oírme bien, oigo los desafines y bueno… Hay veces que dejo una cosa con defectos sin problemas, pero muchas otras veces que los defectos no forman parte de algo expresivo, que te va a comunicar algo, son errores que tienen que ver con otra cosa. Si el error tiene que ver con algo expresivo, se deja. Si no tiene que ver con que te vaya a comunicar algo, hay que pulirlo. Entonces lo que no hago es pasarlo por alto.

Hay mucha división entre los que prefieren el primero de Mendetz o la última etapa, ¿con cuál te quedas?
Yo conozco sobre todo la última etapa, así que me quedo con esa.

Hace 10 años cancelaste en el FIB y luego ya volviste como Najwajean, ¿te sientes cómoda a gusto en este tipo de festivales de música independiente?
Sí, me encantan, lo que pasa es que para ir a este tipo de festivales como el FIB o el Sónar tienes que tener muy preparado el directo porque la gente que va a tocar está habituada a estar tocando, entonces hay que estar al nivel. Por lo general si son bandas inglesas o americanas, han coincidido en otros sitios y saben el nivel unos de otros. No es una competición pero sabes que sales del escenario y la persona que está detrás de ti o la que ha estado delante es buena.

Recordamos verte en Universimad con tu anterior disco, con miles y miles y miles de personas atendiendo a lo que en aquel momento era tu nuevo repertorio. ¿Te sientes cómoda presentando discos tan intimistas ante tantos miles de personas? ¿No prefieres últimamente las salas pequeñas?


Me gustan ambos. En los sitios grandes entras en comunión con mucha gente, pero en los sitios pequeños es donde ves dónde falla el repertorio. Ves al público de otra manera y te enfrentas de otra manera, es impresionante hacerse una gira con la gente al lado, impresiona mucho más que en un escenario grande, en realidad.

¿Qué conciertos recuerdas de los festivales como público?
El FIB estuvo muy bien, siempre pienso que lo que estoy haciendo es mucho más potente para volver a presentarlo que lo que he hecho anteriormente, así que… Era un disco complicado ‘El último primate’ para presentarlo en festivales, más movidos, donde la gente quiere pasárselo bien. Entonces, o se conocen muy claramente tu tema y vas a hacerlo a saco… Pero si tienes un repertorio que va a bajar el beat sabes a lo que te expones, tienes que interpretarlo con mucho aplomo, la gente quiere pasárselo bien, también van a escuchar pero también es más complicado y si no mira cómo triunfó David Guetta en el FIB.

¿Qué concierto recuerdas más?
Recuerdo muchos, no un festival en concreto… El primer bolo que hice en Aqualung, se quedaron casi mil personas fuera, en la Razzmatazz, llenando la grande… En esos momentos había mucha cantidad de público pero no disfrutábamos el directo, salíamos muy nerviosos a los escenarios. Ya tenemos como una cosa en el escenario que no teníamos antes, pero hay menos público. Eso es con lo que estás jugando todo el rato.

Desde ‘Walkabout’ tengo la sensación de que evitas la fama, y eso que conseguiste dar un salto a la fama como cantante bastante importante… ¿ha sido así? ¿Volverá alguna vez la Najwa más pop o se quedará ya para siempre esta más adulta y más mística?
El pop me parece muy adulto, mucho más adulto de hecho que otras músicas. No huyo del pop, pero si hay algo del pop es que cuando haces pop no hay stop, lo sabemos todos (risas). En ‘Walkabout’ y en ‘Mayday’ aprendimos a estructurar canciones. En ‘Mayday’ con mucha más sónica, guitarras, mucho delay de las canciones a ratos… –canta- , espacios por todos los sitios. Ya estábamos buscando un tipo de sónica que tiene más que ver en realidad con este álbum y con la de ‘Carefull’. Buscábamos esa sónica como de banda, de hecho entró Florent de Los Planetas a tocar guitarra… Es un terreno que controla muy bien Raúl porque es lo que ha hecho siempre en realidad, ahí y en el hip hop, y en el paso intermedio es donde estoy yo. Después, en el ‘Walkabout’ hicimos unas canciones pop cerradas, funcionaban solas, tenían una estructura clara. Fue el disco con el que más conseguimos calar Raúl y yo juntos. Después, el cambio de idioma, con él varió muchísimo la perspectiva, cómo encarar las canciones, lo cambia todo.

¿Por qué?
El castellano te clava, no vuela, estás en la tierra todo el rato. Entonces lo que intento es coger vuelo, o tienes una “a” y una “o” que puedes alargar o vas al suelo todo el rato. Despegar del suelo es complicadísimo. Así que me metí en ‘El último primate’ en un ambiente muy sónico pero natural, con instrumentos tocados, con gente muy buena haciéndolo, pero no dejaba de ser una banda, músicos a los que contrataba para generar ese ambiente. En realidad empecé en el ordenador.

¿Cómo lo trasladabas al directo?
Primero, con los músicos con los que compartí, y después hubo unos músicos que lo ensayaron. Todo el proceso era un lío porque no había una banda con la que yo estoy, genero esas canciones y después las grabo. Voy al siguiente, me paso al castellano pero digo “cuál es la banda que tengo”. Esa es la realidad de mi música desde que empecé, mi banda siempre he sido yo y otra persona haciendo música desde el ordenador.

¿Cómo se transmite de unos músicos a otros lo que quieres?
Con ejemplos y con unas palabras muy extrañas. Muchas veces tiras de mímica, tal cual.

Has hecho un par de vídeos con Virgili Jubero, ¿crees que volveréis a trabajar juntos? ¿Tanta confianza te da?
Siempre que él quiera, porque me importa poco el resultado, sinceramente. No es confianza, es… Ponerle imagen a las canciones es muy complejo. Los videoclips se convierten en este país y en todos -yo creo- en una especie de calvario a no ser que tengas una compañía con un dineral para hacer videoclips, que ya no sucede, de hecho ni a grupos muy grandes, que se los financian ellos mismos… Además, la gran mayoría de artistas estoy convencida de que no quieren salir en sus vídeos. En los dos videos en los que salgo con Virgili no se me ve la cara, estoy con una peluca que me tapa, y es todo como una sensación de una tipa que va por ahí… Y porque yo soy la que estoy, y a él le encanta y consigue unos trajes… hemos conseguido que los vídeos sean algo creativo, nos entendemos, entonces perfecto. Hacer el vídeo ha dejado de ser un calvario, y si deja de serlo pues vamos a hacerlo. Sí es verdad que en lo que estoy haciendo ahora me gustaría tener un dinero concreto para experimentar con la imagen y con la luz y hacer algo que fuera más drástico.

¿Qué tal el crowdfunding? ¿Por qué no?
No lo sé todavía. Hay que tener muy claro qué es lo que se le pide a la gente, cómo y para qué. No tengo claro qué haría con el dinero. Estoy convencida de que el dinero que necesito para hacer el vídeo que quiero, el de verdad, algo experimental metiendo a una gente en concreto a trabajar, sería mucho, entonces si el crowdfunding sirve podríamos hacer uno… Entonces habría que explicar: queremos hacer un vídeo de estas características, cuesta todo esto.

Una última pregunta, era para Raúl pero como no está… ¿Cómo han sido los trabajos que no has hecho con él?
Pues han tenido mucho éxito. El trabajo con Raúl es más personal, se deja, es más dúctil. He trabajado con Carlos Jean, he trabajado con Alfonso Pérez, un pianista, musicalmente muy enriquecedor, pero era muy complicada la comunicación. Con Raúl me entiendo muy rápido y con Carlos todo lo que tiene con mover las canciones, llevarlo a la casa de discos y tal, todo eso me lo quito. Te quita todo lo que tiene que ver con hacer meetings con todo el mundo, así que voy siempre librada, eso es lo que echo de menos. Además, tiene un sonido de graves muy potente. Con Raúl es otro nivel de curro, de complicidad.

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Publicado por
María Clara Montoya
Tags: najwa nimri