Puede que por eso ‘Rompe Ralph’ transmita una constante sensación de déjà vu. Al fin y al cabo, la fórmula de “X personaje ha sido A toda la vida porque le han dicho que es lo que tiene que ser pero un día decide que ser B tampoco estaría mal y por eso empieza una aventura en la que demostrará que tenía razón” podría funcionar como sinopsis de decenas de títulos de animación de la factoría del ratón, desde ‘Pinocho’ a ‘El jorobado de Notre Damme’ pasando por ‘Ratatouille’ o ‘Brave’.
Pero curiosamente es ‘Shrek’, una película totalmente ajena a Disney, la que más te viene a la cabeza con ‘Rompe Ralph’. Normal teniendo en cuenta que cambiar el mundo de los cuentos por el de los videojuegos ya sería suficiente para explicar qué podemos esperar de este filme animado en el que un villano de arcade 8bits claramente inspirado en el gorila de Donkey Kong hace lo imposible para que los buenos de su maquinita le acepten y le inviten a la fiesta.
Un empeño que le llevará a escaparse de su juego para visitar otros títulos en busca de una medalla que confirme su título de héroe virtual. Un camino complicado que le puede costar la desconexión definitiva pero que valdrá la pena gracias a secundarios que justifican las horas perdidas que muchos hemos pasado pegados a la videoconsola.
En definitiva, un homenaje que se quedará en anécdota y poco más para todos aquellos que no sepan diferenciar una Nes de una Master System II pero que aplaudirán los nostálgicos que reconozcan todas las bromas pensadas para conquistar el corazón de los viciosos del joystick. Lástima que la mayoría del metraje ése sea el único atractivo de la película. 6.