Cuando la redacción hizo el primer balance de lo que estaba siendo 2012, la verdad es que no fue muy positivo. Aunque a finales de año, la cosa remontaba bastante como indicábamos hace unos días, con fantásticos discos de The xx, Cat Power, Swans o Passion Pit, entre otros, en primavera vaticinábamos de manera interna que era el pop nacional el que iba a salvar el año de la quema.
El milagro «Delorean» y «El Guincho» -artistas del País Vasco o Canarias emigrados a Barcelona capaces de girar durante semanas y semanas por los siempre duros, incluso para suecos y británicos, Estados Unidos- volvía a repetirse gracias a John Talabot. Presente en las listas de los mejores discos del año para los medios más influyentes del mundo (Pitchfork y el NME), ‘ƒIN‘ confirmaba a un artista que ya había dado que hablar durante años en la escena electrónica, seduciendo a los mismísimos The xx, que se lo llevarían de telonero y le agasajarían con regalos; e incorporaba además la colaboración de Pional, artista madrileño que en 2013 debería publicar al fin su disco largo también, ¿con la misma suerte? Pinta a que sí.
Cambiando radicalmente de tercio, si hay una artista de la que estamos seguros que seguiremos hablando dentro de muchos años, esa es Sílvia Pérez Cruz. Precisamente en los días en que Morente no está y Pablo Alborán es quíntuple platino, es necesario encontrar referentes que, como Miguel Poveda, sepan defender la tradición del flamenco y transmitirla a las nuevas generaciones. Cualquiera que haya escuchado su versatilidad en torno a este género, a la bossa o al jazz, leído sus letras, escuchado sus historias o asistido a alguno de sus conciertos, sabrá perfectamente de lo que hablamos: ella es la revelación clara de este año, trascendiendo modas y muy por encima de tantísimo y tan cansino hype internacional. Y atentos a un nuevo posible despunte (que no necesita, lleva meses en la lista de ventas) si por casualidad canta en los Goya su canción para ‘Blancanieves‘.
En general, el pop nacional brilla más cuanto más pasa olímpicamente de esas modas internacionales, a veces un tanto desesperadas en la búsqueda del «sonido 2012» (¿será Passion Pit? ¿será Hot Chip? ¿será Purity Ring? ¿será Grimes?). Lorena Álvarez no está para tonterías, tirando de la tradición para entregar una serie de canciones que podrían haber sido escritas hace siglos y serán recordadas con una sonrisa también en el futuro. Klaus & Kinski han seguido también su camino independiente, mirando -sí- a My Bloody Valentine o a Stereolab, pero sin traicionar la habanera, parodiando el amor romántico en su sentido literario (‘In The Goethe’) o aproximándose también a Manuel de Falla (‘Sacrificio’).
Que el flamenco es una de las mejores bazas con que contamos quedaba confirmado con el enorme ‘Homenaje a Morente‘ de Los Evangelistas, que en breve tendrá continuación, pero no es la única. Un homenaje kraftwerkiano a la vida de Alan Turing sólo podía ser idea de alguien relacionado con el sello Austrohúngaro. Un proyecto lleno de sensibilidad y originalidad que Hidrogenesse han desarrollado en forma de álbum largo y entregando una pieza fundamental de su carrera que supera lo anecdótico. En su sello, Espanto siguen avanzando con su pop completamente desacomplejado que bebe de fuentes de aquí y de fuera, como el de La Bien Querida, que entre el kraut y la canción española de los 70 (a esta última se ha sumado también Papá Topo) no recuerda a prácticamente nada que hayas escuchado con anterioridad.
También bastante singulares resultaban las propuestas de Le Parody, Extraperlo, Joe Crepúsculo y la incomprendida pero inquieta Bebe (estos dos últimos colaboraban en un remix de ‘K.I.E.R.E.M.E.’, por si alguien no lo recordaba), por no hablar de ese invento de última hora titulado Alfacrepus.
Pero incluso cuando no aporta tanto con respecto al pop-rock internacional, el pop patrio entrega cosas buenas. Ha sido el caso de Los Punsetes, que con su enésimo pepinazo ‘Alférez provisional’ te hacían preguntarte cuánto puede molar un «grandes éxitos» suyo; Toundra, más cerca todavía de la perfección en el incontestable ‘III‘, que debería gustar a los seguidores de Godspeed o Explosions in the Sky sin problemas; Pegasvs, con sus trepidantes ritmos kraut; o Linda Mirada, con cierta vinculación a los proyectos chillwave, pero con una personalidad propia presente tanto en sonido como en unas letras aparentemente sencillas pero muy peculiares que ya quisieran muchos para sí.
Los artistas veteranos tampoco decepcionaban esta vez, y si en 2011 había que celebrar las excelentes ideas de Christina Rosenvinge y Fernando Alfaro esta vez había que hacerlo con los discos sobresalientes de Joaquín Pascual y Mishima y los atrevimientos de 40 canciones de Antònia Font y de 20 de Sr Chinarro. De seguir así, la solidez de treintañeros como Templeton o McEnroe les convertirá en pocos años también en artistas igual de consagrados, ¿casi infalibles?
La escena comercial, esa que tiene que tirar del carro, se mostraba en pleno ascenso un año más. Love of Lesbian publicaban un disco bien equilibrado entre drama y humor que era número 1 en la lista de ventas. Mientras, Supersubmarina también triunfaban en listas y festivales con su segunda entrega, y Napoleón Solo y Reina Republicana lo merecían. Que no os engañe lo que estos días veáis en las aburridas galas televisivas: la Navidad dura 15 días y cada vez son más los grupos «alternativos» (o llamadlos como queráis) los que mueven al público a ir a un concierto y lo moverán durante largas temporadas.
Entre los artistas inquietos que no cesan de revolver su sonido y están lejos de encasillarse podríamos destacar a Maria Rodés, Lidia Damunt y Hola a todo el mundo. Con propuestas menos vistosas pero también destacables por la calidad de las canciones encontramos a El Hijo, Remate, Franc3s, Jonston, Beach Beach, Anni B Sweet, Francis White, Alondra Bentley y Grupo de expertos solynieve. Incluso el electropop se mantenía vivo de mano de gente como Hoy muero viernes o Klein.
Si alguna pega se puede poner a 2012 desde luego no es a su calidad ni a la falta de ideas, sino si acaso a la falta de medios y a la lentitud con que sucede todo en su consecuencia, con artistas que difícilmente pueden dar rienda suelta a su creatividad cuando tienen que mantener sus trabajos «normales» (Nadadora, Doble Pletina). Claro que mientras la escena siga tan incomprendida como para que ni siquiera dediquemos un minuto a pensar si lo de Fleet Foxes está tan lejos de lo de Cuchillo, seguro que seguiremos así muchos años más. 2013 nos traerá nuevos lanzamientos de Delorean, Christina Rosenvinge, Fangoria (producido por Los Pilotos y La Casa Azul) y We Are Standard, entre otros artistas noveles que os presentaremos en las próximas semanas. Esperemos que pongan su granito de arena para que las cosas cambien poco a poco.