Más de tres años después de su primer álbum, con cambios en la formación (la marcha del bajista Andy Hamm en 2011) y tragedias personales (la muerte de la madre del cantante Kelcey Ayer el pasado verano), la banda californiana vuelve con el preciosista (y de extraña portada) ‘Hummingbird’. Para esta nueva aventura han contado con un colaborador de lujo, Aaron Dessner de The National, quien ha ejercido mucho más que de productor, involucrándose además en la composición y en la interpretación de las nuevas canciones e incorporando a su hermano Bryce para echarle una mano con los arreglos de algunas de ellas. Ya sea por el convulso pasado reciente que han sufrido o por la influencia de la producción, el caso es que los Local Natives de 2013 han dado un giro importante hacia la introspección. El tono general del álbum es reflexivo y lánguido y por ello si han de recordar a alguien en esta ocasión, sin duda va a ser, de nuevo, a Grizzly Bear y por las mismas razones: su melancolía remite bastante a la que traspiran las composiciones de Edward Droste y compañía. Tanto es así que nada más darle al play y comenzar ‘You & I’, el primer corte, empezamos a pensar en las guitarras reverberadas de Daniel Rossen y los falsetes y giros vocales de Droste. Y por suerte para los fans de los osos grizzly que no tuvieron bastante con ‘Shields’, las comparaciones se repiten a lo largo del disco en temas como ‘Ceilings’, ‘Black Spot’ o el single ‘Breakers
‘, el cual también comparte la complejidad rítmica con los de Brooklyn.Paralelismos aparte, es inevitable dejarse llevar por la delicadeza de ‘Hummingbird’. De hecho, es mejor no pensar demasiado en a quién te recuerdan o a quién te dejan de recordar porque ser un cascarrabias que lo analiza todo sólo te lleva a eso, a analizar y no a disfrutar de lo que el álbum tiene que ofrecer. Así que te abstraes, y flotas entre sus coros y arreglos perfectamente entrelazados, y notas la tensión sobrecogedora cuando aumentan la intensidad. Sí, muy bonito todo, pero acaba el álbum e intentas recordar alguno de sus pasajes, alguna de sus melodías… y nada permanece en la retina. O apenas nada. En su afán por tocar la fibra sensible del oyente, el cuarteto se ha olvidado casi por completo de aportar temas que den sentido y sustancia al conjunto del álbum. No todo es sonido y riqueza en los arreglos, tiene que haber unos cimientos que sustenten todo eso y es tarea difícil encontrarlos aquí. Ni siquiera cuando te despiertan de la ensoñación en la que te habían sumido con canciones como ‘Black Balloons’ o ‘Wooly Mammoth’ te sacan de la idea de que no sólo carecen de gancho, sino que además te recuerdan constantemente a algo que ya habías escuchado antes, lo llames como lo quieras llamar. Decíamos al principio que era mejor evitar ciertos criterios y que había que centrarse en las canciones en sí, pero cuando no hay canciones, ¿qué queda? Pues eso, comparar. Y para eso, mejor volver al original antes que prestar atención a la copia.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘You & I’, ‘Black Spot’, ‘Black Balloons’, ‘Breakers’, ‘Mt. Washington’.
Te gustará si te gustan: Grizzly Bear, Fleet Foxes
Escúchalo: Deezer