Veronica Falls en el Lara: tan intensos como breves

Saldando la deuda que tenían con el público madrileño al tener que cancelar su gira otoñal, Veronica Falls regresaron a la capital cuando su segundo LP, ‘Waiting For Something To Happen‘, sale a la calle. Antes de que los londinenses pisasen las tablas del Teatro Lara, tuvimos la oportunidad de escuchar las delicadas composiciones de Simone White, su telonera en esta ocasión. Para aquellos a los que su nombre no suene de nada, caerán en la cuenta de su existencia al recordar que algunas de sus canciones, como ‘The Beep Beep Song’ o ‘Bunny In A Bunny Suit’, han aparecido en conocidos anuncios publicitarios.

Precisamente esas dos fueron de las primeras en abrir un set que comenzó con poco más que la hawaiana y su guitarra acústica, pero la formación aumentó a trío cuando le acompañaron un percusionista y una teclista para presentar los temas de ‘Silver Silver’ (2012), su último álbum. Mientras que ‘Never Be That Tough’ persistía en la faceta folkie de la cantautora, otras más atmosféricas como ‘Flowers In May’ requerían mayor instrumentación y para ello estaban sus compañeros sobre el escenario. No pegaba mucho su propuesta con la del cabeza de cartel, pero no por ello brilló menos. 7.

Que White tocara alrededor de media hora es algo normal, pues no era la artista principal de la noche, pero resulta que Veronica Falls tocaron diez minutos más que ella: aproximadamente unos cuarenta minutos. No recuerdo haber visto un concierto en el que el nombre que sale en grande en el cartel toque poco más o menos lo mismo que el telonero, pero así fue. Es cierto que, ya que en el Lara los conciertos empiezan tarde (a eso de las once) y habiendo sido teloneados, el cuarteto salió a actuar casi hacia la medianoche, pero resulta extraño que no tocasen al menos hasta la una de la madrugada, como así ha sucedido en otros conciertos en este lugar.

Sea como fuere, tocaron lo que tocaron y al menos su escueto show fue lo que todos esperaban: hit tras hit con una energía imparable; energía que supieron transmitir desde los primeros minutos, levantando al público de sus asientos y haciéndolo bailar. Dieron protagonismo a su homónimo primer LP con canciones como ‘Beachy Head’, ‘Right Side Of My Brain’ o ‘Found Love In A Graveyard’, pero era de rigor presentar las nuevas y por ello no faltó su nuevo single ‘Teenage’ y otros como ‘Tell Me’ o el tema titular del nuevo álbum, evidenciando que siguen totalmente vigentes y en forma, tan frescos como la última vez que nos visitaron. Por eso mismo, por lo bien que nos lo estaban haciendo pasar, nos quedamos con ganas de más, pero solo volvieron para un bis de un único tema, su versión de ‘Starry Eyes’ de Roky Erickson. El rato que se quedaron vendiendo discos podían haberlo aprovechado para tocar un poco más, pero prefirieron llevar su propio merchandising y así saludar al numeroso público que abarrotó el teatro. Dejaron muy buen sabor de boca, pero a ver si para la próxima nos dan un caramelo un poquito más grande. 7,5.

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Publicado por
Miguel Sánchez