¿Cómo describirías ‘Palindrome Hunches’, comparado con ‘Oh Mighty Engine’, por ejemplo?
Es un disco más oscuro y melancólico que ‘Oh Mighty Engine’, que fue más bien un capricho. Hay canciones muy viejas, algunas tienen cinco años y siempre trataba de grabarlas de manera distinta. Lo llegué a grabar hasta tres veces, la primera en casa, la segunda en un estudio local y el resultado fue malísimo y en la tercera me reuní con unos amigos y acabamos grabando en un colegio. Hacer un disco es complejo, aunque la última toma de ‘Palindrome’ la hicimos en cuatro días.
¿Por qué le diste tantas vueltas?
Supongo que por la instrumentación, la primera vez quedó como el típico disco hecho en una habitación y no me gustaba su sonido. En ese momento me di cuenta de que necesitaba una banda pero con esto también me tomé mi tiempo, tenía que encontrar a las personas adecuadas. Tampoco estaba muy seguro de cuándo quería empezar…
Este es tu primer disco en solitario en el que grabas con banda. ¿Qué fue lo que marcó la diferencia?
Por alguna razón, las canciones encajaban mejor con más instrumentos. Sonaban más orgánicas y el piano, el violín y la grabación en directo le dieron mucha agilidad a estas, a veces tengo pánico de cansarme grabando o de perder la energía.
¿Es ‘Palindrome Hunches’ tu disco menos surfero?
¡Sí! (risas). Creo que en este me centré en hablar más de relaciones personales.
Tus letras se muestran muy desnudas.
Creo que siempre han sido así (risas). Es verdad que aquí me he vuelto más oscuro y pesimista, pero es que las canciones fueron concebidas de esa forma. A veces pensaba: «¡Mierda, nadie va a disfrutar de mis canciones porque son muy depresivas!» (risas). Pero qué le iba a hacer, tampoco estaba pasando por mi mejor momento cuando las escribí.
¿Qué impulsó el cambio de 4AD a Brushfire Records?
Conocía a los chicos de Brushfire, con Jack Johnson tengo buena relación y había terminado mi contrato con 4AD después de cinco discos, así que pensé en cambiar de aires, conocer otros estudios…
¿Te sientes más identificado con el estilo de Brushfire?
En parte sí, me encanta lo que hace Jack Johnson y estoy muy contento en su sello. Aunque hay otra parte de mi música que se identifica con 4AD. Me gustan los dos sellos… ¡tengo que ser diplomático! (murmura entre risas)
¿Cómo ves tu evolución musical? De hacer música más experimental con Slowdive pasas a lo sencillo de Mojave 3 o de tus discos en solitario. ¿Es progresivo?
Para mí, sí. La verdad es que me cansé de hacer discos experimentales, hubo un momento estando en Slowdive en el que sentí que no podía más. Tocando acústica recuperé el interés por la música, algo maravilloso y que implicó un avance para mí. Aprendí a tocar la guitarra acústica, por ejemplo.
¿Es más fácil hacer «ruido» que algo acústico?
A mí me interesa más lo experimental, ahora estoy volviendo a ello, la música es cambiante, todos los días escuchas algo diferente y los músicos tenemos que renovarnos, mantenernos creativos… pero tampoco es fácil. Lo más fácil es hacer lo mismo todo el tiempo.
Mirando con perspectiva, ¿crees que los discos de Mojave 3 estuvieron infravalorados?
¡No lo sé! Algunos estuvieron infravalorados, otros sobreestimados e hicimos cinco discos. Creo que solo se puede hacer un buen disco, uno y medio a lo sumo. Depende de qué etapa de Mojave 3 te guste más, si prefieres la country o la electrónica, cuestión de gustos.
¿Cuándo crees que se consigue ese estatus de banda de culto?
Slowdive lo alcanzó en parte, pero ya sabes que como mínimo tienen que pasar veinte años, así que a Mojave 3 todavía le queda (risas).
Te muestras ambiguo al hablar de una posible vuelta de Slowdive. ¿Cuándo descubriremos la incógnita?
¿Te refieres a que cuándo volveremos?
Sí.
Es raro. Nunca hemos dicho que no, pero tampoco nos hemos juntado para hablar del tema. No puedo asegurar nada, pero en algún momento puede pasar.