En lo general ‘No Thrills’ es sin lugar a dudas un disco de su época, el típico mejunje de estilos propio del siglo XXI. Amateur Best va del rock al electro pasando por el pop, el soul o incluso el chillwave (¿ya podemos decir que es un género?) como si de un disco de Prince se tratara. Incluso dentro de una misma canción los giros de un sonido a otro son generosos. Amateur Best cuenta no obstante con un gran aliado, su voz, una herramienta absolutamente distintiva con la que Flory puede diferenciarse de las propuestas similares a su estilo. Mientras músicos como Toro y Moi o derivados enfocan su esfuerzo en la creación de atmósferas, utilizando su voz como un elemento más del conjunto, del británico se puede decir que se trata de un vocalista con personalidad, sin un gran rango y no muy versátil, pero al fin y al cabo reconocible y especial.
‘No Thrills’ es un álbum sobre estar perdido en el amor, las fiestas, las drogas o encontrar refugio en alguien después de vagar sin rumbo, y lo que sugieren canciones como la cacofónica ‘Too Much’ o la mareada ‘The Wave’, ambas cargadas de efectos y melodías atractivos, es que Flory parece encontrarse en un constante estado de embriaguez o confusión. ‘Ready for the Good Life
’ parece no tocar nunca el suelo; el gran hit del disco, ‘Villas’, cuenta “estoy en casa de nuevo” pero esa casa solo está en su cabeza, y su interpretación a lo largo de la pista es afectada y vulnerable; ‘Pleased’ es uno de los pocos momentos del disco en el que dan ganas de sonreír, pero atendiendo a la letra parece que la razón no merezca mucho la pena, y aunque ‘Walk In Three’ carece de ritmo, es tan críptica y deprimente como su autor.La sensación de recurrente desconcierto que emana de las canciones de ‘No Thrills’ puede que otorgue a la música de Amateur Best un carácter etéreo y difuso, pero en lo musical estos temas tienen un destino y un buen acabado. Aunque no son clásicos, tampoco son esbozos detrás de experimentos imposibles de recordar sino canciones por cuenta propia que van a algún lado, que presentan un progreso. ‘Pleased’ termina en lo alto, ‘The Wave’ es interrumpida por, efectivamente, una especie de “onda” de sonido que sorprende al mismo tiempo que fascina, ‘Too Much’ es un digno ejercicio de contención que explota hacia la épica, los sintetizadores a la mitad de ‘Villas’ pierden por completo el juicio, y Flory se encarga siempre de que sus melodías tengan cuerpo y sean accesibles, haciéndose los coros a sí mismo en unos estribillos con alma negra como los de ‘Get Down’, ‘Be Happy’ o, por descontado, ‘Villas’. Todos estos trucos podrían sonar desfasados o aburrir si no fuera porque tras ellos hay un compositor y un disco con sello propio.
Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Ready for the Good Life’, ‘Too Much’, ‘Villas’
Te gustará si te gustan: Toro y Moi, Metronomy, Prince
Escúchalo: Deezer