Parece que quienes más claras tenían las cosas han sido Foals. Avanzando en búsqueda de la melodía, pero sin atarla de pies y manos a merced de los ritmos frenéticos de sus comienzos, llegaron a un soberbio ‘Total Life Forever‘ en el que ampliaban su abanico de posibilidades abarcando a partes iguales lo bailable así como lo progresivo y atmosférico. La mixtape apropiadamente llamada ‘Tapes’, recopilando una serie de temas a modo de una cinta de casete sirvió para dar que hablar sobre ellos el pasado año, pero por supuesto no era comparable con lo que tenían preparado tras ese divertimento, es decir, ni más ni menos que su tercer álbum, titulado ‘Holy Fire’ y anticipado por los singles ‘Inhaler‘ y ‘My Number’, disponibles desde finales de año. Además de generar interés, estas canciones dejaban entrever un enfoque más directo, más visceral.
Contando con dos productores de primera fila como Flood y Alan Moulder, ‘Holy Fire’ es otro peldaño más en la ascendente carrera de Foals. Como si de un girasol abriéndose se tratara, Yannis Philippakis y sus chicos han ido creciendo y creciendo y por el camino han ido relajándose y cambiando el frenesí de sus comienzos por unos ritmos más jugosos, más sensuales, además de perder el miedo a rasguear sus guitarras, evitando así la monotonía de tanto punteo. Todo eso se vislumbra en un disco muy consistente donde tan pronto se ponen eufóricos (‘Providence’ o las mismas ‘Inhaler’ y ‘My Number’, destacando el punto festivo de ésta última) o bailongos y sexys (‘Bad Habit’, ‘Everytime’, ‘Late Night’), como se dejan asaltar por la melancolía (‘Stepson’, ‘Moon’).
Hay dos canciones, probablemente las mejores de toda la colección, donde logran equilibrar todas sus emociones y que verdaderamente evidencian el estado de gracia que vive la banda: en ‘Out Of The Woods’ y ‘Milk & Black Spiders’ se encuentra ese punto mágico, perfecto, en el que combinan el punto tristón y épico de grandes composiciones como ‘2 Trees’ o ‘Spanish Sahara’ y te hacen bailar a la vez que te emocionas. La producción, rica en detalles, tiene mucho que ver en conseguir este efecto en el oyente, con diversos elementos en la mezcla como cuerdas y percusión adicional. Si esos detalles complementan a unas composiciones inspiradas, sólo queda esperar el aplauso. Suena a cliché, pero por encima de etiquetas, estéticas absurdas y pseudo-escenas fugaces, están las canciones y, cuando desaparece la niebla de tanto hype, queda quien de verdad vale. El quinteto de Oxford lo ha demostrado y lo sigue demostrando con creces.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Out Of The Woods’, ‘Milk & Black Spiders’, ‘Inhaler’, ‘My Number’.
Te gustará si te gustan: Friendly Fires, The Maccabees, Bloc Party
Escúchalo: Deezer