Así, se refiere a su nuevo trabajo como un ejercicio de “estructuras sencillas” y canciones que “se dejan escuchar bien”. El disco, compuesto hace un año y grabado el pasado mes de septiembre en el Red Bull Studio de Madrid, el mismo lugar donde realiza esta presentación y mini entrevista, representa «el principio de la idea de fracaso de la sociedad en su conjunto”, que empieza en el plano personal y se extiende al conjunto del país.
“No pretendamos que los políticos sean santos porque la mierda funciona en dos sentidos, los políticos salen de entre nosotros. Si no emitimos una factura ni a palos…», matiza. Un razonamiento que le sirve para explicar que la ley de la selva, donde los fuertes salen reforzados, tiene cada vez mayor vigencia.
Es por esto por lo que se escuda en las letras sencillas y en los tres acordes típicos del blues y del flamenco para dar salida a un disco que, si no es el mejor, al menos “no se hace pesado”. De ‘Enhorabuena a los cuatro’ Luque destaca el toque oscuro de ‘Rechace imitaciones’, que puede encajar con el “revival siniestrillo” de los últimos años, y ‘Tu amigo especial’, canción que previamente presentó en formato acústico.
Luque, consciente de su ritmo creativo, no cree que sea “malo” sacar un disco por año. “Si se publican –argumenta- es porque le han dado el visto bueno”. Con la vista puesta en el futuro, adelanta que está en contacto con un grupo británico de los ochenta. No se atreve a decir el nombre pero asegura que le gustaría contar con Brian Beattie en los arreglos de cuerda. “De momento, las letras son más raras, abstractas e introspectivas… Especialidad de la casa”, añade entre risas. Hasta entonces una cosa está clara: seguirá llamándose Sr. Chinarro hasta que se quede calvo. Llegado ese momento, firmaría como Antonio Luque.