Pantha du Prince & The Bell Laboratory / Elements of Light

La nueva aventura de Pantha du Prince llega precedida por una carrera que, como los buenos vinos, ha ido ganando con el paso del tiempo hasta el punto de que hoy en día se le puede considerar un imprescindible en el género. Y eso a pesar de una denominación de origen plagada de elementos tan poco impresionantes (por estar muy trillados) tales como: el ambient como concepto general, el techno como guión vertebrador y el minimal como fórmula que da más por menos.

Su anterior trabajo, ‘XI versions of Black Noise’, un recopilatorio de remezclas en su mayoría ya editadas y una extensión de su tercer disco ‘Black Noise’, ofrecía remixes ligeramente menos suculentos que los cortes originales, sin llegar a deslucir el álbum más destacado de su discografía y que mayor reconocimiento le ha dado al alemán Hendrik Weber. Una creación, la de ‘Black Noise’, de frecuencias hipnóticas, que nos servía un ejercicio de introspección que sin la sal de frutas apropiada, podía resultar ligeramente indigesto. Todo lo contrario que este último ‘Elements of Light’, en el que ha necesitado la ayuda de los noruegos The Bell Laboratory. Juntos han destacado un referente que anteriormente tan solo había sido una pincelada: un laboratorio de campanas. Así, la ocurrencia deja de ser una anécdota para ser total protagonista a través de carillones, repentinas percusiones de xilófonos o gongs.

Compuesto por cinco cortes de duración variable -los hay de cuatro minutos y hasta de cerca de veinte-, ‘Elements of Light’ no es un disco de canciones aisladas o rotundas, más bien funciona en su conjunto como concepto. Pero no estamos por ello ante un disco menos interesante. Los diferentes pasajes ambientales al escuchar el álbum mantienen un profundo calado emocional, cuestión que también puede ir en su contra al parecerse demasiado unos temas a otros, sobre todo en el final de este preparado, que proporciona atmósferas inmensas aunque sin provocar el éxtasis.

La experimentación siempre controlada de Hendrik Weber no se inclina hacia ningún estilo aparente, se aleja de la pista de baile frenética para acercarse a una más reposada y el sonido sigue mordiendo beats en frecuencias plagadas de detalles (a veces casi inaudibles), demostrando una especial precisión en los crescendos. Un laboratorio de ondas electrónicas que mantiene a raya, renunciando a incorporar voces porque no las necesita para hacerse oír.

Calificación: 7/10

Lo mejor: también puede ser lo peor, el uso de campanitas como alianza fundamental.

Te gustará si te gusta: las percusiones de Budgie en The Creatures, las composiciones de Philip Glass, las atmósferas en crescendo de Jon Hopkins, la instrumentación de John Cage y el minimalismo electrónico de Boards of Canada.

Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Sr. John