En segundo, porque las tres composiciones aspirantes resultaban absolutamente indistinguinbles. Lo normal es que en una final nacional eurovisiva, un artista presente varias pistas que se diferencien: una balada, una canción marchosa, una más arriesgada, una más moderna… Pero nada. Por mucho que digan que ‘Contigo hasta el final’ es lenta, lo cierto es que al final se anima para sonar a lo mismo que las otras dos: un tema de pop anacrónico cuya única baza es que su inspiración folclórica atraiga a los países del Este (o que los locutores de cada país cuenten que Raquel del Rosario es ex de Fernando Alonso), ahora que no tendremos ni los 12 puntos de Portugal
.En tercero, los comentarios absurdos de la presentadora, Carolina Ferre, desde «esta canción es muy novedosa» a «vuestro disco se llama ‘Buscamos sonrisas’ y yo os regalo la mía». Y como colofón a este surrealismo, en el jurado opinando o intentándolo el italiano que representará a su país este año y por lo tanto competidor, que para más inri no hablaba castellano. Claro que para lo que se han mojado Rosa y José María Íñigo (habría aportado más un muñeco hinchable), tanto daba.
Al final, después del calvario de colaboraciones, audiencia y jurado ha elegido por unanimidad ‘Contigo hasta el final’ como la mejor por razones desconocidas que nadie se molestó en explicar. Hasta el año que viene.