Visto el resultado, e independientemente de si te apuntas al equipo a favor o al equipo en contra de la película (esta semana a España le toca dividirse en estos dos bandos), no se puede negar que la química entre ellos funciona. Una compenetración que se mantiene cuando se juntan para hablar del filme en una conversación en la que Arévalo, ante el huracán hiperactivo de Cámara y Areces, se queda casi observando en una esquina.
Hace unos años en JENESAISPOP hicimos un artículo en el que recogíamos todas las frases de las películas de Almodóvar que se habían convertido en coletillas populares. ¿Tenéis idea de cuáles de ‘Los amantes pasajeros’ acabarán formando parte del lenguaje popular? Javier sabrá de lo que le hablamos, porque su Paca de ‘La mala educación’ es fuente de varias de estas coletillas…
Javier Cámara: “Y tanto (Poniendo la voz de Paca) ‘Una rayita para la tronquita Paca’, ‘Dos rayas, dos amigas, dos cabalgan juntas, dos por la carretera’, ‘Anda que te pones ciega de hormonas y ciega de drogas y te vuelves loca maricón’….”
Carlos Areces: “¡En el rodaje le pedíamos todo el rato que nos las dijera!”
Cámara: “Prefiero esperar a que la gente encuentre sus frases favoritas, que la película está llena de ellas. Como comprenderás, nosotros no podemos marcar el iconismo.”
Areces: “¿Cómo que no? Pero si antes lo has reivindicado muy alegremente en otra entrevista. Has dicho que querías que fuéramos icónicos.”
Cámara: “Sí, bueno, pero me refería a que la coreografía, por ejemplo, tiene muchos planos con pinta de convertirse en míticos. Y algunas frases también…”
Raúl Arévalo: “De hecho, Pedro incluso ha reciclado frases de otras películas”.
¿Hablas del momento en que Carlos Areces suelta “La muchacha tiene razón”?
Areces: “Efectivamente. Yo es que esa frase la repito mucho con mis amigos. Hasta la saciedad. ¡Imagínate lo que es llegar de repente a la película de Pedro y tenerla! Aunque para serte sincero en el guión ponía exactamente “El chico tiene razón”, y en uno de los ensayos fui yo el que le dije a Almodóvar que me haría mucha ilusión cambiarla por esta que decía Candela, el personaje que hacía María Barranco, en ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’. Y me dejó”.
Cámara: “Pero volviendo a tu pregunta, yo espero que “El musical ha matado al auténtico cabaret” se convierta en frase icónica”.
Arévalo: “A mí me gusta mucho una de Carlos: “Hasta a mí, gorda como un trullo como estoy, me la mamaron viva en la mili”. Esa también la reivindico”.
Areces: “Haces bien, porque para mí fue muy duro prepararme el papel engordando desaforadamente para ser un gordo desaforado”.
Cámara: “Me he acordado de otra mía fantástica. “Los azafatos y yo les haremos pasar un viaje de lo más agradable. No me pregunten cómo”.
Areces: “Pero bueno, que esas nos gustan a nosotros. A lo mejor luego no calan”.
Para bien o para mal, la mayoría de críticas hacen hincapié en vuestra pluma excesiva en la película. ¿Cómo habéis trabajado estos personajes? ¿Teníais miedo de caer en la sobreactuación que tanto se da en la comedia?
Areces: “Entre los actores y directores el tema de la sobreactuación está muy mal visto, se lleva muy mal. Pero es que yo soy muy de Jim Carrey y creo que una cosa mesurada está muy bien pero que una sobreactuada, a veces, está mejor. Por ejemplo, Javier es una de las personas que mejor sabe sobreactuar en este país. Lo digo en serio. Su registro en ‘Hable con Ella’ es creíble, pero en ‘7 vidas’ también”.
Cámara: “El problema es que hay gente que no puede evitar sobreactuar porque en el fondo no son muy buenos actores y esa es su forma de esconderlo. En nuestro caso Pedro nos exigió desde un principio pasarnos de rosca todo lo posible, pero le dio miedo cuando vio todo el plumerío y nos dijo que bajáramos el tono. Menos mal que luego rectificó”.
Areces: “A mí concretamente me pedía más subactuación que otra cosa. ‘Ataraxia expresiva’ eran sus palabras. De hecho, las primeras indicaciones que me dio fue: “Quiero que abordes el personaje como lo hace Chus Lampreave en mis películas, es decir, que tu acting diga «qué hago aquí si no soy actor pero me da igual y me voy a quedar porque me lo estoy pasando muy bien». Eso es lo que quiero”. Y es que resulta que Pedro es muy fan de toda una caterva de secundarios del cine español que a mí también me fascinan como Lali Soldevilla, Luis Ciges o Pepe Isbert. Gente que a lo mejor no tenía un registro amplísimo pero llenaban la pantalla. Yo te juro que me pones a Luis Ciges al lado de Marlon Brando y no me entero de que está Brando”.
Arévalo: “Depende de lo que haga Marlon Brando”.
Areces: “Si se hace una paja igual le miro por curiosidad. Pero tendría que ser una paja muy grande”.
Cámara: “Es problema es que ellos han pasado a la historia como grandes secundarios y tú pides mucho protagonismo”.
Areces: “Es que creo que tengo el mismo problema que Miguel Ángel Silvestre con su encasillamiento pero a la inversa: soy objeto de desdeseo. De hecho es muy frustrante que prácticamente el único que no folla de toda la película sea yo”.
Cámara: “Tú tranquilo que siempre llega alguien que te desencasilla. A mí me pasó después de hacer tanta comedia cuando me llamó Pedro para protagonizar ‘Hable con ella’. Al principio muchos se echaban las manos a la cabeza, pero fue estrenarse y de repente todo el mundo aplaudía porque sabía hacer drama”.
Areces: “Eso es hacerse un Landa”.
Si haces un repaso a la filmografía de Pedro descubres que hay muchas referencias a otras películas en esta comedia. ¿Qué escenas de aquellas películas creéis que encajarían perfectamente en el tono de ‘Los amantes pasajeros’?
Areces: “La sesión de fotos de Almodóvar a Fabio en ‘Laberinto de pasiones’. Esa y la entrevista que les hizo Paloma Chamorro en ‘La edad de oro’ de TVE, que la revisitamos el otro día y no podíamos parar de reírnos con McNamara”.
Cámara: “A mi me encanta la recepcionista que se está cagando y la gente no deja de preguntarle cosas y ella agobiada porque se lo hace encima”.
Areces: “Pero es que Pedro es así, que lo mismo te mete un chiste de cacas que una escena de danza de Pina Bausch”.
Arévalo: “De hecho, ayer nos contó por mensaje lo de las tartas de Ikea y pensábamos que era otro chiste de caca suyo… En cualquier caso, a mí viene todo el rato a la cabeza una escena de ‘Qué he hecho yo para merecer esto’ en la que Javier Gurruchaga hace de dentista que intenta seducir al hijo de Carmen Maura. Esa secuencia, en esta película, hoy en día sí que sería transgresora y se habría montado un escándalo con ella. Es que si lo piensas, ‘Los amantes pasajeros’ es en realidad una comedia muy naíf”.
Cámara: “A la gente le puede parecer muy gay, muy ligera, muy blanca.. ¿Pero fuerte como nos han dicho algunos periodistas? No”.
Areces: “Pues cuando estabais hablando de la caca me he acordado de otra escena que me volvió loco en ‘Hable con ella’ que protagonizaba otra recepcionista.
Cámara: “Sí, la de “Me acabo de echar una mierda como un celemín”
Areces: “¿No era como un zepelín?”
Cámara: “No, celemín, que es una medida de tierra. Pero un zepelín también podría ser… No, si esto es como las canciones de Mecano, que uno entiende una cosa y otro otra”.
Areces: “Yo creía que en ‘Cruz de navajas’ decían «madalenas del sexo con besos”.
Cámara: “Pues un amigo mío creía que en ‘Barco a Venus’ decían “Déjalo ya, sabes que nunca ha ido a Venus un ser humano”.
Carlos: “Qué mongólico tu amigo también, ¿no?”.
Cámara: “Bueno, es que él es más de Serrat”.
Ha dicho Almodóvar que él es consciente de que pone muy nervioso a sus actores, pero que Raúl Arévalo era el único que no ha mostrado ese nerviosismo…
Arévalo: “Me encantaría generar esa leyenda”.
Areces: “Pero es verdad, yo estaba a tu lado y cuando Pedro te hablaba estabas ahí tirado tan tranquilo desmitificando la situación, que no sé cómo podías”.
Arévalo: “Pero es que tú eres muy mitómano. Lo que pasa es que Pedro tiene expresiones que me resultan muy familiares porque tengo familia castellana, y cuando le escucho hablar me hacen sentir más cómodo de lo normal. Igual si fuera David Lynch el que me habla me pondría más histérico. Además, Javier tampoco parecía muy nervioso”.
Cámara: “¿Cómo que no? Estaba histérico porque aunque había hecho más películas con Pedro tenía miedo de no estar a la altura de la situación. Nunca me había catado con algo de comedia…»
Areces: “¿Nunca, verdad? Porque la Paca de ‘La mala educación’ era lo que se dice un personaje sobrio, sobrio…”
Por cierto Javier, la voz de la asistenta de Cecilia Roth al teléfono… ¿Eres tú haciendo de la Paca, verdad?
Cámara: “No, es…”
Arévalo: (Le interrumpe) “Sí. Te tengo que pedir perdón, Javier, porque no sé si querías guardar el secreto, pero me ha impresionado un poco que se hayan dado cuenta”.
Cámara: «En los títulos de crédito aparece acreditada como “Paca La Mala”. Yo me lo pasé en grande grabando esa escena”.
Areces: “¿Sabes como surgió además que lo hiciera Javier? Porque en los ensayos era él el que daba la réplica a Cecilia y Pedro acabó decidiendo que para qué buscar a nadie fuera si ya tenía lo que necesita en casa».
¿Vosotros también compartís la teoría de que el avión de la película es una metáfora de la España actual?
Cámara: “Eso depende de cada uno. Hombre, hay referencias muy explícitas que recuerdan a la situación actual como lo de la corrupción o el aeropuerto, pero hay otras, como la historia de Corinna, la amiga del rey, que han salido ahora y estaban en el guión escritas hace un año y medio”.
Areces: “En el futuro Pedro será recordado como Julio Verne, como un visionario”.
Arévalo: “Ahora solo falta que en el congreso le den a las Mescas”.
Areces: “¿Te crees tú que no las hay ya? Si no, deberían, que te vuelven más comunicativo y menos cardo”.
Cámara: “Igual en las revistas del corazón ahora se pone de moda dar mescas en lugar de máquinas de la verdad. ¿Te imaginas? Sería mucho más relajado todo”.
No puedo terminar sin preguntaros por la famosa coreografía del ‘I´m So Excited’… ¿Siempre fue la canción de las Pointer Sisters la única opción o se barajaron otros temas?
Cámara: “Mira, te lo vamos a contar todo desde el principio que te lo mereces”.
Areces: “Al principio en el guión no había ni coreografía. Pero un día Javier y yo estábamos en las oficinas de El Deseo cantando el ‘Qué suerte’ de Violeta Rivas, haciendo mucho el mamarracho, esperando a que llegara el ascensor y cuando se abrió apareció Pedro y nos pilló con el número montado. Le debió hacer gracia porque en ese momento decidió que había que meter un número musical en la película”.
Cámara: “Vio que estos personajes eran unas cabareteras y que necesitaban hacer su número. Y nosotros felices”.
Areces: “Es que además una película de Pedro sin momento musical es menos película de Almodóvar, ¿no? Y yo quería que mi película de Almodóvar fuera muy Almodóvar”.