El final de ‘Wild’ anticipaba dos de las razones por las que el concierto de Beach House sería sobresaliente: el modo en que Victoria sabe controlar su voz, a veces algo limitada, y reservada para el clímax de la canción, y la incidencia en esas frases emocionantes que suelen culminar unas letras extrañas llenas de surrealismo e imágenes indescifrables. Así, el dúo -y su inseparable batería- no es perfecto, pero logra parecerlo. El «Like no other you could be replaced» de ‘Lazuli’, el «Norway» que cambió la sonoridad del nombre de este país para siempre o el «It is happening again» de ‘Silver Soul’ fueron metiendo al público en situación y cuando esta canción sonaba, en séptimo lugar, y Victoria agitaba su melena sobre los teclados como una bellísima leona, el público ya estaba completamente dentro del mundo Beach House.
La interpretación de ‘Zebra’ o ‘Wishes’ (mi vídeo favorito del momento) fueron realmente mágicos, recreando un sonido que ha ido mejorando disco a disco, alcanzando su cumbre en un maravilloso ‘Bloom‘ que no deja de revelar cosas mes a mes (‘Wishes’ es un claro ejemplo de ello); y produciendo sensaciones que no sentía con un grupo desde adolescente: ganas de que nunca acabe el concierto, angustia por si no interpretan ‘On The Sea’, ¿dejarán algún día de tocar ‘Myth’?, ¿por qué a veces prescindirán de ‘Walk In The Park’?
El concierto terminaba con una ‘Myth’ que comenzaba algo descafeinada, diría que sólo para que el final resultara más apoteósico, como así fue. Victoria había dicho poco antes que el público de Madrid había sido el más enérgico de toda la gira e independientemente de que la banda diga algo así en todas partes, el final definitivo con la estupenda ‘Irene’ dejaba el poso de que se había vivido algo especial. 9.