‘Dulce hogar’ era un disco repleto de pop amable capaz de conectar con todos los públicos. ¿Cómo convenciste a Sony para que te dejaran que algo tan diferente a aquello como ‘Night & Day’ fuera el siguiente paso?
La verdad es que surgió todo de una forma muy natural. Cuatro meses después de publicar ‘Dulce hogar’ comencé a componer nuevas canciones pensando en un posible tercer disco, que pensé que tardaría en llegar. Pero a principios del año pasado me pasó lo que no esperaba pero sí deseaba. Recibí una llamada de Javier Portugués en la que me dijo que le habían llamado del departamento de ventas de Sony, que estaban muy contentos con ‘Dulce hogar’ y que querían que sacara un nuevo disco en diciembre. Yo no me lo creía.
¿No confiabas en tus posibilidades?
Sí, lo que pasa es que me sorprendía porque con ‘Dulce hogar’ había sido un poco al contrario, fui yo la que estuvo persiguiendo a la compañía durante meses para que me dejaran grabar una maqueta. En cualquier caso, después de aquella llamada quedamos Portu y yo en su estudio para grabar las ventitantas canciones que yo quería incluir en este nuevo disco.
¿Por qué tantas precisamente ahora que se llevan los discos más cortos? ¿Tenías miedo de equivocarte a la hora de dejar algo fuera?
Para nada. Esas ventitantas canciones eran el resultado de una selección de entre más de 80 que tenía compuestas. Fue demasiado duro dejarlas en una veintena. Pero claro, la compañía me pedía que quitara más, y yo no tenía narices para hacerlo, así que un día de reuniones en Sony en el que iba de despacho en despacho para hablar del proyecto se me ocurrió sobre la marcha una solución: ofrecerles por el mismo precio un DVD y un CD. Les conté que la idea era mostrar las dos caras de un posible disco, la del disco producido en el tiempo y la del grabado en directo. Y les gustó, así que por suerte no tuve que seguir eliminando canciones.
Y ante tantos tracks, ¿Cómo decides que ‘Dream Man’ tenía que ser el single de presentación de ‘Night & Day’?
Lo supe desde un principio porque era la que la gente más fácil memorizaba, incluso antes de tener productor. De hecho, cuando Sony me dijo que buscara uno, esa fue la demo que le pasé a los posibles candidatos para que me mostraran qué podían hacer con ella, y la que más me gustó fue la de Berni Calvo, Sergio Fernández y Pete Nollan. Fue una decisión arriesgada porque yo apenas los conocía. Bueno, a Pete sí que lo había visto en una Jam session en Madrid y entonces ya me quedé fascinada con él.
Esta es la primera vez que cantas un disco íntegramente en inglés ¿Crees que el éxito de artistas como Russian Red o Annie B. Sweet ha ayudado a que pudieras hacerlo sin miedo al qué dirán?
Desde luego que para mí ha sido una fortuna que tanto la una como la otra hayan abierto esa puerta. Yo siempre he querido grabar un disco en inglés, y cuando empecé a escuchar a estas chicas me dije: “qué maravilla que haya gente que esté abriendo este camino”. Porque yo sabía que me iba a venir muy bien en el futuro. Es como cuando tienes hermanos mayores que luchan por ampliar el horario de vuelta a casa y al final llegas tú, la pequeña, y te dejan volver a la hora que te dé la gana. En ese sentido, ellas han sido algo así como mis hermanas mayores.
¿Pero la compañía no te puso ninguna pega?
Ninguna, como te dije antes, estaban muy entusiasmados por cómo había funcionado ‘Dulce hogar’ y me dieron total libertad. Evidentemente la gente de Sony venía al estudio a ver qué estaba pasando, pero no se metían en nada porque cada vez que escuchaban lo grabado compartían esta pasión por el proyecto. Sí que es verdad que al principio me insinuaron que por qué no componía algo en castellano, y de hecho compuse algunos temas que me salieron en castellano de forma natural y que he incluido en el DVD porque me encantan. Si hubiera sido algo forzado no estaría ahí.
Lo cierto es que ‘Night & Day’ suena mucho mejor producido que tus anteriores discos. ¿Tuviste mucho tiempo para jugar en el estudio? ¿Cuánto has tardado en grabar este álbum?
Antes de entrar a grabar me obsesionaba la coherencia y encontrar mi propio sonido. Es algo que arrastro de tiempo atrás. Cada trabajo que he publicado lo he sentido como un paso hacia adelante, hacia esta dirección. ‘Labuat’ fue el inicio de mi carrera discográfica, lo que pasa que fue como intérprete, no era verdaderamente mi proyecto, y ‘Dulce hogar’ siempre tuve muy claro que era una transición hacia otra cosa. Pues bien, esa otra cosa es ‘Night & Day’. Llegar hasta aquí ha costado casi cuatro meses en el estudio de 9 de la mañana a 9 de la noche y de lunes a viernes. Pero ha sido tan divertido… Día a día decidíamos qué nos apetecía hacer con las canciones, proponíamos ideas nuevas, posibles samples, y como Pete toca la batería y Sergio toca el bajo y Berni y yo la guitarra, las grabábamos.
No tenía ni idea que que habías incluido samples…
Sí, bastantes. En ‘Main Street’, por ejemplo, el clarinete que suena es un sample. Lo que pasa es que no recuerdo muy bien de qué tema, porque Bernardo Calvo tiene un montón de carpetas con canciones lo suficientemente viejas para que las podamos utilizar sin tener que pedir derechos de autor. De hecho, en nuestra primera versión de ‘Let Me Talk’ yo me empeñé en meter un sample de una canción de Glenn Miller cuyo título no recuerdo ahora mismo pero al final la tiramos abajo porque la base de la batería se parecía mucho a la del ‘You Know That I’m No Good’ de Amy Winehouse…
Te voy a echar un piropo que no sé si lo es. Sin saber de quién es el disco, cuando lo escuchas parece que está sonando realmente un álbum de los años 50. Al menos en la superficie, que luego te metes en la letra y en los detalles y ya ves que no. ¿Era lo que buscabas? Porque si sí, ¿dónde queda entonces reflejada tu propia personalidad?
Virginia Labuat – Dream Man on MUZU.TV.
¿Ya has pensado cómo va a ser el directo?
En la gira de presentación por salas me voy a llevar una banda acústica con batería, contrabajo, guitarra eléctrica y acústica, bandolinas, banjos… Más adelante, salvo cuando me pueda permitir reunir al grupo, tendré que ser yo con mi guitarra. Lo bueno es que el disco lo grabamos pensando en esto, en que cuando yo tenga que defender en solitario las canciones siguieran manteniendo su esencia, que sonaran coherentes. Lo hemos construido todo a partir de la voz y la guitarra acústica.
He leído en alguna entrevista que ya no te importa tanto hablar de tu paso por ‘Operación triunfo’. Yo veo esto como cuando rompes con alguien después de una relación muy intensa, que al principio todo es rencor pero con el paso del tiempo solo te acuerdas de lo bueno. ¿Estás en ese momento?
No exactamente. El motivo por el que ya no tengo tanto reparo a la hora de hablar del programa es el tiempo, obviamente, pero a mí esa experiencia me dejó una serie de heridas que han tardado mucho en curarse, y hasta que esto no ha pasado no me he sentido capaz de hablar del tema con tranquilidad. No es que no tenga ya recuerdos amargos, siempre los voy a tener porque mi paso por ‘Operación triunfo’ tuvo muchas cosas buenas pero también muchas malas. Lo que pasa es que siempre he querido ser muy diplomática y muy prudente, tener mucho cuidado con lo que decía y con lo que no. Pero ha llegado un momento que simplemente me he dicho: “Nena, tampoco hay nada que ocultar”. Al fin y al cabo conseguí lo que quería, fichar con Sony Music, sí que era hora de sacar la rabia que tenía guardada debajo de la alfombra. Por eso empiezo el disco con ‘Let Me Talk’, que habla precisamente de esa rabia.
¿No te preocupa qué puedan pensar tus compañeros de edición de esa canción?
En absoluto, siempre que cada uno asuma la valentía de ser honesto consigo mismo. Muchos de mis ex compañeros saben perfectamente de qué estoy hablando en la canción y a quién me dirijo, que no es a todo el mundo.
Aprovechando esta etapa de reconciliación con tu pasado, recuerdo que la última vez que te entrevistamos para JENESAISPOP nos dijiste que el primer single de ‘Labuat’ ni de coña ibas a volver a cantarlo. ¿Has cambiado de opinión?
Recuerdo que os dije que no iba a cantar ‘Soy tu aire’ ni nada del primer álbum en los conciertos del segundo, pero no era porque yo renegara de aquello, sino porque tenía un montón de canciones nuevas que me apetecía tocar en directo. Ahora me pasa un poco lo mismo, pero tú sabes que al final el público es el que manda, y si me piden que haga ‘Yo soy tu aire’, al final lo haré.
En aquella entrevista también nos dijiste que te gustaría hacer un dúo con Rufus Wainwright…
No es un sueño que me plantee muy a menudo, pero él o Jack Johnson siguen en lo alto de la lista de colaboraciones que me gustaría realizar. También me gustaría resucitar a Ray Charles para una, pero… (Se ríe)
Te lo digo porque a Rufus se le vio hace nada cantando en el pianobar Toni2 de Madrid.
Me lo han contado, sí. ¿Qué fuerte no?
Si llegas a estar allí, habría sido una buena ocasión de pedirle el dúo.
No sé si me habría atrevido, no tengo espíritu fan.
Pero si sí, ¿qué te habría gustado cantar con él?
Por soñar, algún tema mío. Pero a la hora de improvisar siempre es mejor tirar de grupos míticos. Le habría preguntado por su canción favorita de los Beatles, que es casi como lenguaje popular.
Háblame de la portada. Aunque la estética es acorde con el contenido del disco, yo la veo demasiado colorida.
Te esperabas algo más oscuro, ¿verdad? De hecho lo hablamos en el estudio antes de hacerme la foto. Bernardo me lo decía, que al sonido le pegaba algo más oscurito y más al aire libre, y yo lo veía muy claro. Pero por otro lado me apetecía también una portada muy clásica. En cualquier caso, a mí el resultado me encanta, y eso que el día que hicimos la sesión de foto no tenía yo mi mejor cara para posar, estaba agobiada. Por suerte el fotógrafo lo supo disimular.
Nuestros lectores nos han dejado algunas preguntas para ti, pero solo nos queda tiempo para una que además, como no tengo ni idea de componer música, no sé si es coherente. Ahí va. ¿Cuál es el primer acorde que te viene a la cabeza después de tocar un La Mayor?
Pues un La 7, que ahora que lo pienso es algo que hago mucho en mis composiciones. Aparece en varias canciones de ‘Night & Day’ como por ejemplo en ‘I Wonder’. Es como el siguiente escalón.
No puedo dejarte sin preguntarte por la opinión de Risto. La última vez nos dijiste que te había mandado un mail en respuesta a un envío masivo diciendo que le había gustado ‘Dulce hogar’. ¿De este sabes algo?
Todavía nada, pero claro, acaba de salir y no he podido mandárselo. De hecho, él me mandó su último libro y soy tan desastre que todavía no le he dicho lo que me parecía. Pero voy a hacer lo mismo que la última vez, le voy a enviar el CD ya mismo. Así que cuando lo escuche y me diga lo que le parece, ya os comento.