El director había ganado el León de Plata en Venecia en ‘Jamón, jamón’ (1992) y el premio a mejor guión por ‘La teta y la luna’ (1994). En Cannes pudo presentar ‘Bilbao’ a finales de los 70 tras el entusiasmo despertado por ‘Tatuaje’. Sus filmes fueron un trampolín para actores españoles tan prestigiosos como Javier Bardem, Penélope Cruz o Ariadna Gil y dejaron imágenes absolutamente reconocibles de nuestro cine, a menudo relacionadas con la belleza, el costumbrismo, el sexo, el realismo social y también el absurdo.