Sorprendidos ante el inesperado agosto que invadía el abril de la capital, la sala El Sol tampoco escatimaba en calores, y para cuando aparecieron Rusos Blancos el ambiente estaba literalmente bien caldeado. La novedad es que a los seis componentes ya conocidos de la banda esta vez les acompañaban nuevos miembros: Pablo Magariños en la percusión y Ana Galletero y Jordi Montero a las cuerdas (violín y viola respectivamente). A pesar de haber tanta gente sobre ese escenario, nadie sobraba en absoluto, todo el mundo era dueño de su sitio y brillaba con la luz merecida. El gran acierto fue colocar a Laura Prieto (bajista) en el epicentro de tan preciado cóctel. Vestida de rojo, con su bajo en la posición perfecta y esa cara de ángel que da la paz a quien le falte, parecía equilibrar todas las fuerzas allí presentes.
En cuanto al repertorio, la banda se centró en su último trabajo pero no faltaron temas de ‘Sí a todo‘ como ‘Carreras de lesbianas’, ‘Carrie’ o ‘Tus padres, tu novio, tú y yo’. Manu Rodríguez, se mostró resuelto en el escenario y sobrado de voz (incluso a veces parecía que lo que sobraba, en realidad, era volumen). Los dramas de gafapasta triste y marginado se iban sucediendo con canciones como ‘Hogareña’ y ‘Oro, disfruto’. No faltó ‘Broma antisemita’ ni ‘Más delgado’ de su EP ‘Hijo único’. El público estuvo divertido, parlanchín (como casi siempre) y a ratos bastante participativo en las canciones. ‘Bonito cortejo’ rompió la tónica del concierto como un golpe de aire fresco, antes de canciones como ‘Orfidal y caballero’ o ‘Dudo que el amor nos salve’, con la que el concierto terminaba o hacía que terminaba antes de dar paso a los bises.
No podía faltar ‘Supermodelo’, que fue coreada y hasta bailada, a la que siguió ‘Mono divertido’. Y para terminar la fiesta qué mejor que saltar a la pista con ‘Baile letal 3’. Y como «lo importante es la fruta», a pesar de ser un poco pronto para decir que es tiempo de nísperos, con estas novedades climatológicas, Rusos Blancos se pudieron tomar la licencia de dejar en el puesto de «merchan» un cestito de estos refrescantes frutos. Todo un detalle. 7