‘Emergo’, como descarado exploit español de ‘Paranormal Activity’, toma de ésta todos sus defectos y muy pocas de sus virtudes. Su capacidad para crear inquietud y desasosiego es nula. Apenas unos sustos que se ven venir de lejos y algún que otro detalle que intenta parecer siniestro pero, tal como está rodado, se queda en rutinario. Que un cuadro aparece dado la vuelta: pues muy bien. Que una puerta se abre sola: pues vale.
Lo que hace diferente a ‘Emergo’ de entre toda esta avalancha de terror con retórica de falso documental es su interés por la explicación, su afán casi didáctico por ilustrar con rigor (para)científico la praxis de un grupo de parapsicólogos en su intento por aclarar los fenómenos paranormales que se suceden en un apartamento (en su título internacional la película es ‘Apartment 143’). En ese sentido, ‘Emergo’ es casi como un documental dentro de un falso documental, como un ‘21 días’ con Iker Jiménez o el grupo Hepta. Mucho tiene que ver en esto el guionista: Rodrigo Cortés ya demostró con ‘Luces Rojas’ (2012) lo mucho que le interesaban estos temas y lo bien documentado que estaba.
El problema es que el afán explicativo del director -el debutante Carles Torrens- no conoce límites. En su empeño por ofrecer soluciones de carácter psicologista, amplía su radio de acción al ámbito dramático y llega a extremos que rozan lo paródico. Como ejemplo, ese momento ‘In Treatment’ donde el jefe de los parapsicólogos se convierte en un psicólogo que, voz en grito, psicoanaliza al padre de familia arrancándole una confesión con más vehemencia que el padre Karras le saca el demonio a Regan.
Al final lo que queda es un ejemplo de terror parasicológico con referencias ochenteras, de ‘El ente’ (1982) a ‘Poltergeist’ (1982), pasado por el filtro roñoso y ya oxidado del falso documental. 4.