En las primeras notas sobre el disco se decía que era más eléctrico aunque en realidad no lo es tanto, ¿lo veis más rock por haber sido tocado sin otros músicos?
Roger: «Hay una cosa objetiva y es que antes la mayoría de canciones estaban vestidas con instrumentos, vientos, cuerdas, guitarra acústicas y ahora estamos solo con guitarras, bajo y batería».
Guillem: «El simple hecho de suprimir arreglos de cuerda y viento hace que las guitarras sobresalgan más y tengan una función sintáctica más importante de la que habían tenido hasta ahora. De ahí a que sea más rock o menos… No pensamos que sea un disco rockero como tal».
Porque tras ‘Atletes…’ os veo muy al margen de etiquetas como «indie», «nuevo folk” y moderneces así. ¿Es importante para vosotros el género «canción» en el sentido años 70 de la palabra con personajes de aquella época? ¿Cuáles?
Guillem: «La canción la entiendo como algo raro que dura entre diez segundos y ocho minutos».
Roger: «Más que buscar un género o una sonoridad queremos hacer canciones y trabajamos sobre esta unidad. A partir de aquí nos cuesta clasificar el género o la etiqueta y cuando estamos en los conciertos estamos muy cómodos con el formato canción.
Guillem: «El tema de los años 70 no lo veo tanto porque admiramos mucha música de esta época pero también de los 60, 80 y 90. Se han hecho canciones en todas esas décadas y hacemos un poco de mezcla y además no soy fiel a ningúna época (risas)».
Seguís sin recurrir demasiado a los estribillos…
Roger: «Eso no es voluntario sino que nos ha salido así aunque en este caso…»
Guillem: «Quizá en este disco hay alguno más pero fue una cosa rara con el disco anterior. Nos dimos cuenta de que no había estribillos en las entrevistas. En este disco hay como tres o cuatro, aunque pienso que el estribillo tiene un peligro y es repetir una información dos o más veces en una canción. Se suele pensar que el estribillo es una concesión a la facilidad pero es complicado, para nosotros lo es».
¿Os habéis sentido más desnudos sin tantos arreglos?
Todos a la vez: «¡No!».
Roger: «Desnudos en el buen sentido, quizá se nota más lo que hacemos con nuestras manos».
Martí: «Antes a lo mejor trabajar una canción era añadir más instrumentos y ahora nos hemos limitado a perfeccionar lo que había, dentro de lo posible y al alcance de nuestras habilidades».
¿Fue premeditado este “cambio de estilo”?
Roger: «No lo fue».
Martí: «Cuando estábamos en el local nos dimos cuenta de que estábamos tocando cosas que se parecían a lo que ya habíamos hecho y de forma natural salieron otras con las que empezamos a estar más a gusto».
Guillem: «No nos sentamos en una mesa y dijimos: «¡vamos a hacer un disco así o asá!». Nunca lo hemos hecho y lo que hacíamos era poner en común lo que iba saliendo hasta que fuimos avanzando por esa línea.
Noto una transición y me pregunto también si sentís que habéis madurado (en el sentido de evolucionar) desde ‘Els millors profesors europeus‘ hasta aquí.
Guillem: «¡Madurar no, por favor!»
Martí: «Evolucionas de alguna forma».
Roger: «Coges otros caminos y es cierto que para ‘Atltetes’ entramos al estudio con las canciones preparadas y antes no. Quizá es uno de los motivos por los que suena así».
Guillem: «El objetivo no es la maduración, ni pretendemos sonar así».
Roger: «Buscamos cosas nuevas, tocar nosotros cuatro y punto».
¿Quién es Teresa Rampell? ¿De donde vino la idea del baile en el vídeo?
Arnau: «Teresa Rampell… ¡somos todos!»(risas)
Martí: «Es un personaje ficcionado, su nombre nos gustaba para la canción. La idea del videoclip fue de Sergi Pérez, que colaboró también en el de ‘Dona estrangera’ y ‘Benvolgut’, que había sido más malrollero porque salíamos peleando y pensamos en hacer algo que causara mejores sensaciones».
Guillem: «Rampell significa arrebato en catalán y pensamos que ese apellido podía dar mucho juego y sonoridad a la canción».
El single tiene un momento de desfase con varias voces gritando. ¿Cómo se os ocurrió meter esas voces tan desmadradas y poco medidas? ¿Hay un punto de improvisación?
Roger: «El estribillo llegaba algo plano, nos apetecía lo que nos pidiera el cuerpo, chillar».
Guillem: «El proceso melódico es igual que cuando se te ocurre una bajada de graves o una curva concreta de una melodía, la letra puede condicionarla y viceversa».
En ‘Banda de Rock’ siento una especie de desencanto, la decadencia del músico… ¿Os habéis inspirado en alguien o en alguna historia en especial?
Roger: «No, es el concepto abstracto de una banda de rock».
Guillem: «Esa era la idea, la música casaba como balada y queríamos trabajar no solo con el concepto de una banda de rock sino con cualquier persona que en una época de su vida esté sometida a la popularidad, bien puede ser un músico o un lateral del Depor, que durante una época tiene todas las miradas de la gente, de repente desaparece y quince años después alguien se vuelve a preguntar “¿qué fue de este tío?”. En la vida hay momentos en los que tienes un momento de popularidad y después desaparece, esto le pasa a todos los músicos.
¿Por qué decidisteis acabar con ‘Un directiu em va acomiadar’? ¿No es la más desesperanzadora del disco?
Roger: «Es muy concluyente, es uno de los motivos por los que ordenamos así las canciones».
Arnau: «Pensamos que tenía esa cosa de la despedida y se nos ocurrió que podía estar bien al final. En los discos anteriores habíamos acabado con una canción lenta y esta vez queríamos que sonara algo más movido».
Guillem: «Entonces pusimos ‘Banda de rock’ la cuarta (risas)».
¿Cómo fuisteis acogidos en México el año pasado?
Martí: «Fue en un contexto de festival, lo que quiere decir es que tocas en un escenario pequeñito al lado de uno que parece un estadio…»
Guillem: «Y nuestro concierto coincidía con el de unos tíos muy importantes».
Roger: «Con Molotov».
Guillem: «De repente se nos acercó un grupo de venezolanos a decirnos que les encantaba nuestra música y fue rarísimo. Nuestra manera de tocar en América es muy distinta a la que tienen otros grupos españoles. Cruzar el charco cantando en catalán es más “exótico” y crear una red de público allí sería muy complejo y tampoco estamos buscándolo. ¡Si nos invitan vamos encantados!»
Hablando de festivales, este año el disco tendrá la puesta de largo en el Primavera Sound, en el Arenal… Acostumbrados al teatro, ¿no lo percibís como algo muy grande?
Guillem: «Lo hacemos porque en realidad nunca hemos tocado. Este oficio tiene sus rutinas pero también te permite estos cambios, ir del teatro al escenario grande, etc. La fecha de salida del disco también nos venía bien y si sumamos que nos apetecía porque es algo a lo que tampoco nos hemos enfrentado mucho… A ver qué tal».
Roger: «En los teatros hay un interior, muchas veces una barra de bar, el público está muy callado y tú puedes escuchar todo y en los festivales la gente va a ver otros grupos. El ambiente es muy distinto».
¿Cómo os sentís en el estatus superventas que habéis alcanzado?
Guillem: «¿Has escuchado ‘Banda de rock’? (risas)»
Roger: «Lo que está demostrado es que no siempre venderemos igual».
Guillem: Nuestra preocupación no está tanto en vender o no sino en las canciones. Hacer algo que te guste y que creas que está bien es difícil y raro y algún día seguro que se acaba».