Actualización: este fue nuestro seguimiento de la primera semifinal
y de la segunda.Dan ganas de cantar aquello de «There’s a fire starting in my heart» cuando comienza ‘Shine’, la baladilla de la mitad estadounidense mitad brasileña -pero residente en Austria, eso sí- Natália Kelly. Por suerte enseguida el tema se distancia del clásico de Adele suponemos que para evitar denuncias por plagio. La canción es decente teniendo en cuenta lo que vendrá después y la interpretación vocal será buena según los ensayos que circulan por Youtube. Entre eso y que abre, quizá podría clasificarse, aunque no parte entre las favoritas. 6.
Estonia se llevará como amuleto a dos de los coristas que ganaron Eurovisión por este país en 2001. La baladita ‘Et Uus Saaks Alguse’ («así que podría haber un nuevo principio») tendrá tan chunguillo destacar entre las demás como el año pasado ‘Quédate conmigo’. Encima sin grito derrumbatemplos… 5.
En un contexto normal tendríamos que decir que el dubstep ya huele, pero no esperamos asistir a una renovación a lo James Blake viendo Televisión Española, así que la canción de Hannah es una de las escasas conexiones con el siglo XXI que viviremos esta semana en Eurovisión. Una de las pocas canciones con cierto potencial internacional, a lo ‘Euphoria’. Horror: va por debajo de El Sueño de Morfeo en las apuestas, por lo que puede que ni la veamos en la final. 8.
Señoras que votan a Il Divo en Eurovisión. ¿Cuántos años hemos visto lo mismo? Esta vez el grupo de kapla (canto tradicional a capella croata) ha sido el elegido para interpretar esta pastilla para dormir que tratará de captar voto adulto. 0.
Dinamarca parte como absoluta favorita para ganar, pero antes tiene que clasificarse. Su secreto ha sido polemizar con que Emmelie es descendiente de la Reina Victoria de Inglaterra reunir las virtudes de algunas de las canciones que ganaron en los años previos a Loreen: ese punto entre tradición -aquí aportado por un flautista con las sienes rapadas- y modernidad que tenían Helena Paparizou (Grecia) y Alexander Rybak (Noruega). 7.
Balada interpretada por una niña-señora (¿de verdad tiene 22 años?) llamada Dina Garipova, con un insoportable hedor a años 90 que terminan de rematar una subida de medio tono (¿todavía? ¿en serio?) y el final de vídeo más BAE de toda la competición. Clasificación segura (es Rusia) y, ojo, van cuartos en las apuestas. 3.
Ucrania, uno de los países más locos del festival, esta vez se queda en Disney con esta melodía más fea que pegar a un padre, en una canción interminable que deja toda la responsibilidad a las cuerdas sintéticas. No les ha salido el nuevo ‘Call Me Maybe‘, pero lo han solucionado con una puesta en escena de arranque muy vistoso y llamativo (aunque igual de peregrino) que les puede dar la victoria. Van segundos en las apuestas. 4.
Si los fans de Lady Gaga no saben quién es Madonna, ¿quién sabrá quien es Anouk? Aquella cantante que triunfara en algunos países con ‘Nobody’s Wife’ se presenta al festival por su país con una balada bastante regulera, también de referencias Disney que, no obstante, tiene un punto oscuro tipo Tim Burton y se sitúa en torno al puesto 10 en las apuestas. Aunque insistimos: primero tiene que clasificarse y Holanda no suele tener muchos aliados… 5.
Montenegro es otro de los países que nos recuerda lo ridículo de la delegación española en Eurovisión. Arriesgan, prueban con cosas distintas y, a pesar de toda la joyería de la artista invitada en este tema que bebe del drum&bass, el hip-hop y el dubstep, al menos se acercan al sonido de… 2011. 7.
A este muchacho que ha tocado en un grupo llamado Hetero alguien le dijo que para dedicarse a la música, con mirar a la cámara, sonreír, pegar un par de gritos y aplaudirse a sí mismo, bastaba. La canción es un intento frustrado de los Killers con no uno sino varios «yeahs» y «heys» espontáneos de más. 2.
Bielorrusia contribuirá a cubrir el cupo de Helenas Paparizous reglamentario de cada edición con este corte popero de ecos más mediterráneos que nórdicos y que incluye un poderoso «cha cha» como gancho en el estribillo. El final, muy desesperado, pero bueno. 6.
El principio y el final de la canción de este pobre país pueden tener cierto eco a Wim Mertens. En medio, una balada random sin ninguna posibilidad. 3.
Irlanda no se rinde pese a su mala suerte y este año manda al desconocido Ryan Dolan a darlo todo con esta canción de brazos abiertos, bastante cursi, de guiños dance y dubstep. Más recargada que todos los singles de Calvin Harris sonando a la vez. 5,9.
La griega Despina Olympiou llora en el vídeo de ‘An Me Thimase’, con su vestido de Nochevieja en medio del bosque, porque la cobertura de Vodafone no llega a Chipre. 4.
‘Love Kills’ empieza tan Take That que alguien ha pensado que era buena idea regalarnos (¡gracias!) un montón de primeros planos de Roberto Bellarosa. No lo era. A pesar de su carácter popero, la canción es tan paupérrima que recurre, desesperada, sí, al dubstep. 4,9.
Por momentos parecía que Mojave 3 iban a representar a Serbia en Eurovisión, pero nada que ver. Las escotadas Moje 3 dejarán ciega (y sorda) a media población con su confusa canción dance, que no puede dar más bandazos en sus tres minutos de duración. 4.
Nunca hay suficiente brillantina en Eurovisión y, siguiendo esa premisa, los letones presentan una de las canciones más animadas de la noche, con un estribillo medio Primal Scream medio Robbie Williams tan adictivo como irritante e incluso con su poquito de beatbox y de dubstep. Pese a su peculiar mezcolanza, van bien abajo en las apuestas… 6,5.
Podría ser una canción de Mónica Naranjo pero no, es la representante de San Marino en Eurovisión. Empieza como una balada y, a mitad del tema, se convierte en una especie de canción technopop plagada de gorgoritos y que no parece otra cosa que una copia barata (y mala) del incombustible ‘I Will Survive’. 3,5.
Es hasta entrañable ver a una señora que debe de tener algunos años más que nuestras madres salir a hacer gorgoritos sobre una base que empieza cercana al dubstep y termina siendo medio techno. Pero lo peor no es eso, sino que los coros que suenan de por medio le pegan tanto como a un santo dos pistolas.3.
Típica balada de boyband de los ’90 venida a menos, con vestuario de la misma época y una comentadísima puesta en escena a base de un contorsionista metido en una caja de cristal imitando los movimientos del cantante. Quizá sea, junto con el intérprete, que según le dé la cámara y la luz es medio mono, lo que lleva al tema a ser uno de los favoritos. 2.
Podría ser la Ke$ha finlandesa, con su típica canción petarda y todo. Promete una coreografía bastante currada, escenario tipo Las Vegas y vestuario propio de una boda bóller por todo lo alto. Suena un poco antigua, un poco a «esto ya lo hemos visto», pero es pegadiza y muy popera. 5.
Pop sencillo y refrescante, de esos que sacrifican la instrumentación y la melodía en pos de una letra que cuenta una historia. Probablemente su puesta en escena, sin la parte bonita del vídeo, termine desmereciendo a una canción que bien podría ser la banda sonora del próximo anuncio de Estrella Damm. 7.
Cierto toque bollywodiense junto a una prometedora puesta en escena que dentro de poco hará que los Safri Duo se querellen contra esta pareja protagonizan la propuesta búlgara. Mucha percusión, mucha repetición en la letra (al final lo de «somos campeones» se pega) y hasta una gaita. 4.
Si bien la balada puede resultar algo ñoña a ojos de los eurofans, es bastante probable que este impresionante vikingo se gane el favor del público gracias a la presencia en el escenario que le confieren la melenaza rubia y su imponente constitución. No en vano, su puesta en escena se aleja de todo tipo de zarandajas para entregarse, casi al completo, al trabajo vocal de Eythor. 5.
Con los tiempos que corren, los griegos parecen dispuestos a reivindicarse más que nunca, y en Eurovisión lo hacen con un mix entre música balcánica y ska. Bastante pegadiza, la educativa canción sobre el alcohol promete una vez en el escenario, sobre todo porque los integrantes de Koza Mostra tienen toda la pinta de ir a liarla parda. 4,5.
Como curiosidad, los padres de la señorita Mazor son precisamente georgianos, del mismo país que este año presenta la que es, probablemente, una de las peores baladas de Eurovisión. A la zaga le anda esta: una solista con un chorrazo de voz, acompañada por un piano, en una escena una y mil veces repetida en el concurso de marras. 3.
Rollo ecológico = Pereza al cubo. Por si aquí no tuviéramos suficiente con Macaco… 0.
Este año, no podía faltar un hipster eurovisivo. Periodista y editor de una revista de tatuajes, solo hay dos peros que puedan achacarse a ‘Kedvesem’, la canción que va a cantar en Eurovisión: el primero es que es demasiado repetitiva, y el segundo que se aleja, quizá en demasía, del espíritu mainstream del festival. Ojalá dé la campanada. 6.
TEMAZO con todas las letras, posiblemente la ‘Euphoria’ de este año, capaz de poner de acuerdo a bakalas e indies con respecto a una misma artista. Berger es una especie de cruce perfecto entre Robyn y Lykke Li, y quizá sea por eso que va muy bien posicionada en las apuestas. ¿Estaremos ante una era de dominio escandinavo en Eurovisión? Eso sí, no es perfecta: el rollo metalero del estribillo sobra bastante. 7,5.
Lo más destacable de los albaneses es, sin duda, el solo de guitarra que se marca Bledar Sejko hacia el final de la canción. Quizá incluso lo más interesante de una canción de rock clásico, en cuya instrumentación no faltan ni percusión ni violines. Tamaña muestra de barroquismo solo puede ser llevada a escena con fuego y llamas. ¡Que no falte de nada! 3.
Típico baladón de proporciones épicas, con bien de gorgorito y buscando todo el rato un clímax de una forma tan artificial que es cero emocionante. En el escenario, bien de agua, humo, chispas, fuego… Vamos, una horterada importante que, por otro lado, siempre consigue buenos puestos en el concurso, por lo que está entre las diez favoritas para llevarse el premio gordo. 1.
Es posible que, penalizados por su regustillo a coro de iglesia, este macrogrupo de seis integrantes de diferentes edades (entre los 21 y los 95 años) no llegue ni siquiera a la final. No en vano, son uno de los últimos países en las apuestas. Por si esto fuera poco, la canción es tirando a mala: carece de ningún tipo de melodía pegadiza, la letra apenas se entiende y es ñoña a más no poder.2.
Los 12 puntos de España irán este año para Cezar, que hará de contratenor en esta bajada a los infiernos -fuego incluido- que Mónica Naranjo podría haber metido como cara B de uno de sus singles de los 90. Sólo que ahora con paradita dubstep. No va entre las favoritas. Vaya… 4.
Tras la triunfada total de Loreen, Suecia apuesta por una buena, optimista y luminosa canción de pop interpretada por un Robin Stjenberg del que nunca nadie fuera de su país habría dicho que ha pertenecido a la misma boyband que Eric Saade, aquel chico que rompió espejos, como Raphael, hace 2 años en Eurovisión. 6.
Francia dará unos guitarrazos con la cantante Amandine Bourgeois, una ganadora de Pop Idol hace unos años que resulta una mezcla entre Courtney Love, Lana del Rey, Christina Rosenvinge y Anna Calvi. Tiene dos discos en solitario, de los cuales el primero triunfó en su país. A la postre, de lo poco serio que veremos en el festival. 7,5.
Cascada, uno de los escasísimos grupos de Bonn que han conseguido un top 2 en UK, llegan a Eurovisión para recordar que ellos llegaron antes que la fiebre trance de Rihanna. Una pena que su selección no llegara hace 3 años, pero bueno. No está mal. 6.
Lo bueno que ha tenido el regreso de Italia es que sus propuestas siempre son muy italianas, una obviedad en la identidad de las canciones que no cumplen la mayoría inmensísima de los candidatos. El guapifeo Marco Mengoni, un ganador de X Factor, acude con un baladón digno de los primeros puestos. Atentos, eso sí, a lo mal que actúa al final del videoclip. Ni con tres difuminados lo han conseguido disimular. 5.
Raquel del Rosario (o una doble) cabalga en este cursi anacronismo de ambiente celtilla (lo justito) que, buenas noticias, terminará de enterrar la carrera de El Sueño de Morfeo para siempre. ¡Hasta nunca! 0.
Si los fans de Lady Gaga no saben quién es Anouk, ¿cómo van a saber quién es Bonnie Tyler? La intérprete de la frase «And I need you more than ever», acude con una balada con un vídeo que podría haber sido protagonizado por Doro Pesch en los ochentas. ¿Cuánto molaría que ganara Bonnie Tyler en 2013? ¿Pero a quién se le ocurre mandar un «grower» para conseguirlo a un festival en el que el que no corre, vuela? 5.
Textos: Sebas, Lolo Rodríguez.
Foto: Eurovision.tv