En 2007, con la publicación de ‘The Adventures of Ghosthose & Stillborn’, CocoRosie se disfrazaron de viudas de mitad del siglo XIX al mismo tiempo que comercializaban sus canciones con una mayor influencia del hip-hop y un trabajo de producción mucho más profesional; y en el disco posterior, ‘Grey Oceans’, continuaban con ese mismo discurso añadiendo a su sonido otras peculiaridades. CocoRosie llevan por lo tanto un tiempo abrazando sin miedo el lado más siniestro de su propuesta, el que alcanzó su cénit con el videoclip de ‘Gallows’, y ‘Tales of a GrassWidow’ no es otra cosa que la culminación de su creatividad, con la que prácticamente han inventado un género en el que caben hip-hop, world music, electrónica y ópera, entre muchas otras cosas.
Lo hacen, eso sí, sin abandonar su pasional conexión con la naturaleza. El disco se llama como se llama y algunas de sus canciones tratan temas tan escabrosos como la contaminación (‘Tears for Animals’), el matrimonio de conveniencia (‘Child Bride’) o la muerte (‘After the Afterlife’), temas todos con la naturaleza siempre presente, por ejemplo en cómo el fantasma de ‘After the Afterlife’ observa “caracoles mojados mojándose más” sentado en la orilla del río, o cómo la niña de ‘Child Bride’ mira desde su ventana el soplo del viento en la hierba mientras prepara su “cuerpo de cinco años” para el matrimonio. “Soy viuda de la hierba”, entona desolada.
Esta ruptura con la naturaleza se produce pues en contra de la voluntad de las hermanas, o de los personajes que interpretan en sus canciones, y les sirve a las CocoRosie de excusa para defender sus ideales feministas y su amor por la pureza de un ecosistema cada vez más corrupto. Bianca de hecho comenta
que siente «un despertar de la comprensión de que hemos estado cómodos en una prisión social durante miles de años […] oprimidos por criterios patriarcales y sistemas religiosos que detestan a las mujeres”. En el álbum no son tan optimistas, pero ese desamparo en pistas como ‘End of Time’ o ‘Far Away’ tiene un poderoso efecto evocador que obliga al oyente a reflexionar.No lo conseguirían del todo, en cualquier caso, sin la música, y ‘Tales of a GrassWidow’ es probablemente el disco de CocoRosie que de manera más interesante y efectiva engloba el extravagante estilo de las hermanas, lo cual hubiera sido imposible sin la colaboración de músicos habituales como la del colectivo de folk Rajasthan Roots, que aporta percusiones y flautas, evocando así las raíces nativo-americanas de CocoRosie en temas como ‘Child Bride’ o ‘Broken Chariot’; el pianista Raël Rakontondrabe, los beatboxers Taz y Ashley Moyer, el amigo Antony Hegarty o el mismo Valgeir Sigurðsson, que co-produce.
Y el resultado, ayudado por la que es quizás la mejor secuenciación de canciones de su carrera, todo un viaje, es puro CocoRosie. ‘End of Time’ es la más hip-hopera y la nana ‘Roots of My Hair’, con bellas melodías de arpa y sitar, la más folkie. También suenan juguetes en ‘After the Afterlife’ y ‘Far Away’ es puro ‘Medúlla’. El gran hit es ‘Gravediggress’, con el estribillo más memorable –por algo es el primer single– y una letra que podría haber escrito –ejem– Emily Dickinson. Lo poético de sus letras es asimismo encomiable en pistas como ‘Harmless Monster’, cuyo desarrollo da escalofríos; o ‘Child Bride’. Aunque el disco falla en sus dos últimas pistas, ‘Tales of a GrassWidow’ deja huella de verdad y es sin duda alguna uno de los mejores álbumes de CocoRosie, y del año.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Tears for Animals’, ‘Child Bride’, ‘Gravediggress’, ‘Roots of My Hair’
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Escúchalo: Deezer