Tachenko / El amor y las mayorías

Durante sus ya más de diez años de existencia, Tachenko, una de las bandas surgidas tras la separación de El Niño Gusano, han caminado desde el indie pop surrealista de sus comienzos (claro deudor de la anterior formación de Sergio Vinadé) hacia un pop rock más directo, plasmándose esta trayectoria de una manera muy clara en el sonido de ‘Os reís porque sois jóvenes‘, su álbum de 2010 y último hasta hace bien poco. Las letras de los maños siempre han tenido un toque muy personal que no se ha visto demasiado alterado a lo largo del tiempo, pero el ataque sonoro de la banda sí ha vislumbrado cambios. Con la llegada de ‘El amor y las mayorías’, su quinto LP, parece que esa trayectoria ha sufrido ciertas variaciones interesantes.

Grabado, mezclado y masterizado entre Zaragoza y Navarra, el nuevo trabajo de Tachenko sigue por el sendero del pop rock directo que venían practicando, pero en esta ocasión cuentan con dos buenos aspectos que, de una manera u otra, evitan que el disco sea tan plano como aparenta. En primer lugar, las canciones son más que correctas y, en segundo lugar, la producción está bastante trabajada. Ahondando en el primer punto, se ve claramente desde que comienza ‘Campos de Marte’, el primer corte, con un considerable gancho. Ya sea en temas veloces como el citado o el bailable single ‘Dame una pista‘ o en cortes más tranquilos como ‘Las cárceles’ o ‘Levántate’, Tachenko suenan con una frescura que recuerda al punto naíf de sus comienzos.

El otro punto fuerte en el que hay que ahondar y en el que encontraremos otra de las bondades de este álbum es su producción. Si en ocasiones anteriores Vinadé, Sebas Puente y compañía tiraban demasiado de un sonido básico de guitarra, bajo, batería y voz, ahora cuentan con numerosos detalles sonoros que mejoran las canciones sobremanera. Desde los vientos y los ligeros aires de bossa en ‘Mi amor, las mayorías’ hasta los sintes de ‘Dame una pista’, todos estos elementos extra, aunque aparezcan de manera tímida en algunos casos, como los teclados de ‘Las cárceles’ o de ‘Mundo apache’, son un acierto, un colchón sin el cual a veces el sonido del cuarteto queda algo vacío a no ser que pisen el acelerador. Hay excepciones, como en ‘Vendaval’, que aunque cuenta con un órgano, no le haría falta nada en realidad, al contar con una excelente melodía vocal.

El camino hacia un pop rock más estandarizado (en el mejor sentido del término) que Tachenko llevaban con su anterior trabajo da un nuevo giro, con el mismo tipo de inclinaciones, pero con un espíritu mucho más fiel a sus comienzos y a su esencia, lo cual nos hace pensar que éste es el disco que querían haber facturado desde hace tiempo. Pese a que ya no impacten tanto como al principio, celebremos, pues, que hayan encontrado su lugar.

Calificación: 6,6/10
Lo mejor: ‘Dame una pista’, ‘Las cárceles’, ‘Campos de Marte’, ‘Mi amor, las mayorías’, ‘Vendaval’
Te gustará si te gustan: La Habitación Roja, La Costa Brava
Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Miguel Sánchez
Tags: tachenko