La propuesta es tan heterogénea que es complicado establecer un hilo conductor. Llegada esta fecha, uno no sabe si temer o anhelar lo que se nos viene encima: desde reencuentros, no solo con una parte de ese público fiel al festival sino también con artistas que vienen repitiendo en más de una edición, hasta la impotencia de no poder abarcar una programación que, año a año, mantiene una oferta muy numerosa.
En esta edición la novedad, particularidad fundamental del festival, viene marcada por el atractivo cambio de las jornadas diurnas del Raval a la Fira Montjuïc, con el consecuente acercamiento a los recintos del Sónar Noche de Fira Gran Via L’Hospitalet. Además nace Sónar +D, con la idea de aunar creatividad, tecnología y movilidad, con la propuesta de talleres, demos, conferencias y encuentros, para lo que se contará con la intervención de artistas como Luciano, Matthew Herbert, Skrillex o Richie Hawtin.
Si para los fundamentalistas del festival el año pasado el debate estaba en la inclusión de Lana del Rey junto a Die Antwoord, James Murphy o Flying Lotus, para esta ocasión la amonestación puede venir con Skrillex. La organización no ha hecho oídos sordos a la aparición de este fenómeno de masas, incluyendo una de las cabezas visibles que, aún siendo de electrónica, se ve cuestionado por el público joven que moviliza y por la etiqueta de «excesivamente comercial» (por no hablar de los que consideran que mató el dubstep). Algo similar a lo sucedido en pasadas ediciones del FIB con Julieta Venegas o Kiko Veneno o, en la más reciente de 2012, con David Guetta.
En cualquier caso estamos ante una celebración a la que no faltan grandes clásicos de ayer y artistas de palpitante actualidad. Para reforzar la cita e ir abriendo boca hemos seleccionado, aparte de los artistas que llenan las 2 horas de música de nuestro playlist, dos apuestas visuales para cada jornada, dejando a Kraftwerk una vez más fuera de ella por fundamental y obvia. Aportarán, previsiblemente, además de música, altas dosis de espectáculo sobre el escenario.
Jueves:
Sónar de día – Mykki Blanco: Un fenómeno que puede extenderse como la lava. Todo en uno menos cachondeo. Un rapero neoyorquino que lanza hip-hop, con un particular punto de vista: en él hay una reivindicación de la cultura transgénero, sobre una poderosa base musical machacona de emociones imposibles de eludir.
Sónar de día – Sísý Ey: Tal fue la repercusión de su actuación en el escenario del pasado Sónar de Reikiavik, que no ha habido ninguna duda en incorporar a la presente edición la actuación de este cuarteto femenino, que junto al productor Oculus y sin haber publicado disco aún, prometen diversión con un techno house vocal muy estimulante.
Viernes:
Sónar de día – Christeene: Puede ser un polvorín que explote sin necesidad de escenario, a tenor de lo que hemos visto en una serie de vídeos virales. El detonante puede venir por la cantidad de maquillaje y la contundente compañía de sus “The Boyz”: T. Gravel, C. Baby y el Dj Productor JJ. Booya. ¿Provocará algún corte de digestión?
CHRISTEENE «African Mayonnaise» from PJ Raval on Vimeo.
Sónar de noche – Diplo / Major Lazer: Ha construido (casi) un monopolio a su alrededor capaz de acaparar rock, electro, funk o incluso música jamaicana con el brazo ejecutor de Major Lazer. Al mando del sello Mad Decent, es responsable de sonadas producciones para Beyoncé o Azealia Banks. Visto a lo que nos tiene acostumbrados por Instagram, no sería raro acabar boca abajo moviendo las nalgas como en la mayoría de sus propuestas.
Sábado:
Sónar de día – Chromatics: Como no todo es desenfreno, en los elegantes Chromatics seguramente encontraremos un necesario contrapunto de ritmos pausados, evocando momentos gloriosos de pasadas ediciones como Toro y Moi, Jon Hopkins, Nicolas Jaar, Luomo o Broadcast. Sobre todo porque los americanos vienen acompañados de un número importante de canciones memorables de su último trabajo, ‘Kill for Love‘, que ha sido incluido en toda lista de los mejores discos del pasado año.
Sónar de noche – Pet Shop Boys: Sin duda pocos saben unir melodías trepidantes, vistosidad para masas y letras contundentes como Pet Shop Boys, una visita tan obvia como Kraftwerk aunque no tan excepcional (vienen de gira de vez en cuando). Van a mostrar todas sus cartas: antes sabrán como jugarlas porque no están ante un crupier cualquiera. Es muy probable, con disco a la vuelta de la esquina y producido por Stuart Price, que suene algún adelanto de ‘Electric’, previsto para julio.