‘2020’: Madrid en ruinas

Así ha quedado Madrid. Así lo ha imaginado Javier Moreno en su nueva novela tras la aclamada ‘Alma’ (Lengua de Trapo, 2011). Año 2020. Víspera de Navidad. Se acaba de inaugurar Eurovegas y la crisis continúa golpeando con fuerza. De nada sirvió ocupar el edificio de la Bolsa. La indignación ciudadana se ha ido diluyendo por su «inexplicable falta de odio”. Negocios cerrados, pisos embargados, carteles de “se vende”. España ha vuelto a la peseta (los billetes de 5000 llevan la efigie de Letizia Ortiz) y muchos ciudadanos (incluido el propio autor) viven en aviones abandonados en la T4 de Barajas.

‘2020’ es una distopía futurista tan probable, cercana y verosímil, que asusta. El desolador panorama que presenta Moreno es, por un lado, una forma de exorcismo, de enfrentarse cara a cara con el mal para conjurarlo, y, por otro, de provocación, de llamada a la acción social con maneras menos tolerantes y métodos más expeditivos que los empleados hasta ahora. El autor canaliza su malestar y su rabia mediante una prosa de enorme calado poético. Su novela es algo así como la respuesta literaria a los ensayos “indignados”: ofrece soluciones poéticas a los problemas sociales y económicos actuales.

El libro está (des)estructurado en capítulos breves, unos más interesantes que otros, en los que se da voz a diferentes personajes (también, unos más interesantes que otros). Desde un empresario desaparecido (sin duda, el gran personaje de la novela), hasta un fetichista de la lactancia empleado de un “chino”, pasando por un detective privado, una pija anoréxica o un antisistema de amistades paradójicas. Todos ellos protagonistas de un relato fragmentado, desarticulado, que cuesta seguir, pero cuyo esfuerzo merece la pena.

‘2020’ es un libro que te sacude a base de fogonazos, de lúcidos destellos que iluminan al lector como lo hace el título en blanco sobre la cubierta negra de la edición de la novela. Ilumina por su certero y provocador análisis de la actual situación socioeconómica: una sucesión de valiosas reflexiones y punzantes aforismos (“la pobreza empieza por la precariedad de la sintaxis”), quizá colocados muy en primer término, que se podrían leer de forma independiente, casi como micro-ensayos. Pero también deslumbra por la enorme riqueza de su prosa, por esas impagables metáforas (la grieta como “caligrafía para gigantes”) diseminadas por toda la novela y que confirman a Javier Moreno como uno de los escritores en castellano más interesantes del momento. 7,9.

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Publicado por
Joric