Black Sabbath / 13

En esta vida hay teorías cuestionables y verdades de Perogrullo. Dentro de esta última categoría hemos de considerar el hecho de que los seis primeros álbumes de Black Sabbath son una auténtica pasada. El cuarteto formado por Tony Iommi, Geezer Butler, Ozzy Osbourne y Bill Ward, con su blues-rock oscuro y distorsionado, fue claro precursor del heavy metal y otros subgéneros como el doom o el sludge metal, por sus frecuentes desarrollos lentos y pantanosos. ‘Black Sabbath’ (1970), ‘Paranoid’ (1970), ‘Master Of Reality’ (1971), ‘Vol. 4’ (1972), ‘Sabbath Bloody Sabbath’ (1973) y ‘Sabotage’ (1975) y temas como ‘Paranoid’, ‘War Pigs’, ‘Iron Man’, o ‘Children Of The Grave’ son excelentes ejemplos de lo que fueron capaces de hacer hasta que les llegó la sequía creativa (en gran parte por pasarse veinte pueblos con el alcohol y demás drogas) y Ozzy fue expulsado en 1979. Vivieron una segunda juventud no mucho tiempo después con Ronnie James Dio al frente (y Vinnie Appice sustituyendo a Ward a la batería) y dos discos como ‘Heaven And Hell’ (1980) y ‘Mob Rules’ (1981), pero esa nueva formación no dio mucho más de sí y a partir de ese momento fue una cuesta abajo constante para Iommi, quien tiró del carro hasta 1995 con constantes cambios de formación, pero nunca igualando lo logrado en los comienzos.

En 1997, la formación original de Black Sabbath se reunió y con sus idas y venidas han ofrecido conciertos desde entonces (hubo un parón entre 2006 y 2010 que Iommi y Butler aprovecharon para reunirse con Dio y Appice hasta la triste muerte del cantante a causa de un cáncer), pero sin material nuevo de estudio. A comienzos de este siglo se pusieron a ello, pero por compromisos de Ozzy todo quedó en agua de borrajas y ha habido que esperar hasta este 2013 para que llegara el primer álbum de estudio con Osbourne. Es una pena que, por asuntos extra-musicales, Bill Ward no haya participado en el mismo, siendo sustituido por Brad Wilk de Rage Against The Machine. Con el afamado Rick Rubin a la producción, ’13’, el nuevo álbum de la banda de Birmingham, es todo lo que cabía esperar de su formación clásica: rítmica y riffs de guitarra básicos pero potentísimos y la inconfundible voz de Ozzy, incombustible al menos en el estudio, dando como fruto ocho temas de una media de siete minutos de duración.

El resultado de esta vuelta al estudio de Butler y Iommy con Osbourne no es tan sobresaliente como la serie de trabajos que facturaron en los 70, pero al ceñirse con fidelidad a una fórmula infalible (riffs pesados, mezcla de desarrollo lento con ataque más directo, temática oscura tanto en la imaginería como en las letras), el trío (con Wilk aprendiéndose bien su papel) acierta en la diana, mostrándose sorprendentemente inspirado, con la sensación al escuchar el disco de que lo están pasando en grande al volver a tocar de nuevo juntos. Esa sensación renovada de camaradería y creatividad se plasma en las canciones y traspasa la euforia del estudio a los altavoces del oyente y aunque las letras sean sonrojantes en ocasiones (la temática de ‘God Is Dead?’ no puede estar más manida dentro del género, cuestionando la existencia de Dios), se les perdona todo al poner por encima los imponentes guitarrazos de Iommi, la potente sección ritmica que han conseguido conformar Butler y Wilk y la nostalgia que supone escuchar a Ozzy al frente de nuevo.

Para que lo mejor de la época dorada de Sabbath quede claramente plasmado, recuperan momentos concretos de sus primeros años en estos nuevos temas, como el guiño a la mítica balada ‘Planet Caravan’ en ‘Zeitgeist’ o la inspiración en el riff saltarín de ‘Tomorrow’s Dream’ en ‘Loner’. En definitiva, no hay nada en ’13’ que no hayamos escuchado antes de algún modo u otro, pero si aquí estos Black Sabbath recuperan con dignidad su mejor versión, haciendo lo que mejor saben hacer y con ganas, poco más se les podía pedir. Además, si este resulta ser su último álbum de estudio, es un punto y final mucho más representativo que aquel ‘Forbidden’ de 1995, con colaboraciones como la del rapero Ice-T y bochornoso retrato de lo bajo que puede caer un artista cuando pierde el norte. Ese punto cardinal se lo aportan aquí a Iommi sus eternos compañeros de fatigas, para regocijo de todos.

Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘God Is Dead?’, ‘End Of The Beginning’, ‘Loner’, ‘Zeitgeist’.
Te gustará si te gustan: los Black Sabbath de Ozzy (aunque los de Dio también lo disfrutarán)
Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Miguel Sánchez