Una mujer que más de una década después de interpretar por última vez en televisión a la Dana Scully de ‘Expediente X’ y que, menos unos meses volviendo a meterse en la piel de personaje para una película en 2008, ha hecho todo lo posible por alejarse de cualquier papel que recordara al que la lanzó a la fama, ha puesto punto y final a esa cuarentena para meterse otra vez en la piel de una agente de la ley en la búsqueda de un monstruo.
Todo el mundo tiene un precio, pensarán algunos, pero tratándose de una miniserie inglesa es evidente que no ha sido la promesa de un salario millonario el que ha llevado a la actriz a hacer aquello que juraría no volver a hacer nunca. De hecho, si de dinero se tratara, estando como está la ficción americana seguro que no tendría muchos problemas para encontrar alguna cadena dispuesta a pagar una burrada para tenerla en algo remotamente parecido a ‘Expediente X’. He aquí el origen de las expectativa de la que antes hablaba, ya que en este negocio, cuando los ceros en la nómina no mueven al protagonista, es el arte lo que le motiva a salir de casa. Vistos los cinco capítulos que componen la primera temporada, no le faltaba razón para aceptar este proyecto.
Y es que ‘The Fall’, sin llegar a ser la ficción revolucionaria de la que algunos hablaban por atreverse a revelar al público desde el minuto uno la identidad del asesino (no es la primera vez que alguien se toma esta licencia narrativa), es una interesantísima propuesta para los amantes de un género que en televisión no siempre da tantas alegrías. Eso sí, tampoco es apto para todos los públicos rollo CSI. Si por algo se distinguen las series británicas de sus compañeras americanas es por no ser muy amigas de masticar demasiado las tramas, y ‘The Fall’ no es una excepción.
De hecho es un thriller policial que lejos de conformarse con entretener al espectador con el clásico juego del ratón y el gato prefiere utilizarlo como excusa para presentar sin prisas y en profundidad a dos personajes antagónicos pero de similar psicología como la detective Stella Gibson (Anderson) y el criminal Paul Spector, posiblemente el asesino de ficción más atractivo visto en décadas interpretado por Jamie Dornan, actor que gracias a su físico provoca empatías involuntarias en el espectador que acaban tranformándose en interesantes conflictos morales a este lado de la pantalla.
Es cierto que el primer capítulo, por calmado, parece que no arranca. Paciencia. No hay que esperar demasiado para sorprenderse metido en el barro hasta el cuello por culpa de una historia que, fruto de la renovación para una segunda temporada no esperada por sus responsables, deja en su último capítulo demasiados cabos sin atar. Un improvisado intento de alargamiento que desluce un poco el balance final teniendo en cuenta que habrá que esperar hasta finales de 2014 para poder disfrutar de una nueva tanda.
Calificación: 8/10
Destacamos: El seguimiento en paralelo de las tramas de detective y asesino. Que la acción se ambiente en Belfast. Gillian Anderson más contenida pero más sexual que nunca. Los rituales precriminales de Jamie Dornan.
Te gustará si te gusta: ‘The Killing’, ‘El silencio de los corderos’, que no te tomen el pelo.