Cuando se empezó a hablar hace bastante tiempo de vuestro nuevo espectáculo ‘Cénit’, di por hecho, no sé por qué, que el disco esta vez también se llamaría así. ¿No es una opción para el futuro llamar ambos proyectos igual? ¿Cómo encajáis ambos proyectos?
Supongo que llamar al disco y al espectáculo de forma diferente es para nosotros la manera de comunicar, por un lado, que el disco y la puesta en escena son dos trabajos diferenciados (aunque complementarios), y también es una manera de anticipar al público que va a ver algo con entidad propia y, cuanto menos, diferente a lo que normalmente hacemos las bandas en directo.
Los juegos de voces son fundamentales en el álbum, muy deslumbrantes en canciones como ‘¿Puedo pedir?’. ¿Habéis escuchado con especial atención alguna obra del pop que les dé tanta importancia, como por ejemplo ‘Medúlla’ de Björk o simplemente os habéis dejado llevar?
Si te soy sincero me puse como «deberes» estudiar ese disco y al final no lo hice. Pero últimamente me ha interesado y he estado escuchando bastante música coral, desde Gesualdo, en el s XVI, hasta Messiaen o Ligeti en el s XX. No puedo decir que lo que hemos compuesto pueda reconocerse en esos compositores o que esté a su altura, pero en alguna medida sí han sido inspiradores del tono y la estética musical de este disco.
¿Os agobia la idea de recargar las canciones demasiado de voces o arreglos o no es una idea que os suela quitar el sueño? ¿En qué medida hay en las producciones de Standstill un ejercicio de contención?
Cualquiera que se haya enfrentado a hacer un disco, o supongo que a cualquier otra cosa, sabrá del conflicto que hay entre «llenar» y «vaciar». «Llenar» te permite más capas de lectura, riqueza y sutileza, mientras que «vaciar» te permite sintetizar hasta la esencia y dar más valor a la información. Con este disco una de las cosas que teníamos clara era que queríamos pocos elementos, con un papel parecido y coherente en todo el disco, pensados a partir de su contenido. Para entendernos: intentar no añadir elementos «porque sí» y que el disco tuviera cierta unidad estética. Y así lo hemos hecho, usando básicamente voces, percusiones, sintetizadores y guitarras muy ambientales. En ese sentido es el disco menos cargado y más sintético que hemos hecho hasta la fecha. Nos apetecía mucho hacer algo así.
Se supone que el disco habla sobre conocerse a uno mismo a través de encontrar el amor, entre otras cosas que pasan en la vida. ¿Por qué decidisteis entonces cerrar el álbum con una canción que suena algo amarga (a pesar de su título)?
A veces me sorprenden las lecturas. Aunque igual eso está bien también. En cualquier caso, la intención era decir que el día que nos muramos nos sobrevivirán los momentos algo así como «eternos» que nos ha hecho sentir el amor. Y aunque efectivamente nos vamos a morir todos, creo que eso es una buena cosa.
Canciones como ‘Nunca, nunca, nunca’ o ‘Me gusta tanto’ presentan estructuras interesantes. ¿Cómo se desarrollaron estas canciones? ¿Fueron desde el primer momento algo muy parecido al resultado final? ¿En qué momento surgieron sus cortísimas pero intensas letras?
La estructura capicúa (con infierno de por medio) de «Nunca, nunca, nunca» se pensó casi desde un primer momento. A partir de una base electrónica que tenía hecha desde hace tiempo, tardamos un poco en encontrar el efecto de «túnel» y el desarrollo de las percusiones, pero la idea de la estructura iba con la canción misma. ‘Me gusta tanto’, en cambio, la hicimos prácticamente en un solo día (algo muy raro en nosotros), entendiéndola de partida como un desarrollo (y de hecho con la misma armonía) que ‘¿Puedo pedir?’, con quizás la frase que mejor sintetiza la energía del disco y con, posiblemente, el mejor riff de guitarra que ha hecho Piti hasta ahora. Estamos muy contentos con esa canción también.
¿Qué canción del disco se parece menos al primer boceto desde el que partió?
Sin duda la canción que ha dado mas vueltas es ‘Que no acabe el día’. Ahora es una especie de intro, pero empezó siendo una canción con muchas partes que no nos acababa de convencer como introducción al disco. Ahora creo que funciona muy bien en ese sentido.
Las percusiones y las voces parecen las protagonistas esta vez, ¿pero qué ha sido lo más duro, largo, farragoso… de grabar?
La grabación en sí fue bastante rápida, en realidad. Incluso la grabación de la coral se hizo solo en dos días. El reto del disco, y lo que ha costado más, era hacer una mezcla coherente y compacta de estos elementos tan contrapuestos como son la coral y los sintetizadores, por ejemplo. Depurar el estilo ha sido, pues, lo mas difícil y de lo que estamos más contentos ahora.
¿Por qué era importante para vosotros en este disco no meter bajos? ¿Ninguna canción lo pedía? De haber metido alguno en una, en cuál habría sido?
Por un lado ya venimos desde hace tiempo huyendo casi sin querer de las fórmulas clásicas del rock y del pop. Y en este disco en concreto, entendimos que era interesante que prácticamente el único elemento orgánico fuera la voz. Los bajos hechos con sintetizador y las percusiones podían sonar así más fríos y amenazantes. Eso le iba bien al contenido del disco que, al fin y al cabo, habla de alguien que intenta superar buena parte de su férrea y atropelladora herencia cultural y familiar para (algo así como) encontrarse.
Con tantos tipos de canciones en el álbum, nos preguntamos si soléis coincidir en cuáles son las favoritas de cada miembro. ¿Cuáles serían las de cada uno? Por ejemplo, las 3 que estrenaron en Radio 3 prácticamente parecen elegidas al azar, no parecen «singles» ni nada así…
Creo que es el disco en el que, efectivamente, nos ha costado más destacar unas canciones sobre otras. Ya desde un principio decidimos que todos los temas tenían que tener entidad y carácter propio, no queríamos «pasajes» ni temas «saltables». Y tampoco ha nacido ninguna canción con clara vocación de «single», si es que alguna vez la hemos tenido.
¿Para qué canciones del disco barajáis vídeos al modo de «singles»?
No son parámetros en los que pensemos a priori, como te comentaba, pero ‘Me gusta tanto’ y ‘Tocar el cielo’ parece que las usaremos para los vídeos promocionales.
No sé si querréis desvelar mucho sobre el significado último de cada frase del grupo, pero por ejemplo, me inquieta ‘Vuela, extranjero’. ¿De qué habla la canción?
De sentir que no perteneces a un mundo material y materialista, burocrático y mutilador. Y que los demás tampoco.
De los múltiples trabajos de Ricky Falkner realizados recientemente, ¿cuáles os parecen infravalorados?
No estoy al día de la recepción de cada uno de sus trabajos. No creo ni que él lo esté.
¿Qué opina más o menos cada miembro del grupo de su faceta más popera con gente como Zahara o Beth? Preguntamos porque las producciones de Standstill tienen un punto de solemnidad tan definido que no imaginamos a alguno de sus componentes escuchando pop más blando…
No veo ese conflicto. Es como si todos tuviéramos que tener una opinión pública de lo que hacen el resto de miembros del grupo en su vida personal mas allá del grupo. Además de que, en cualquier caso, que sea un hipertalentoso productor de pop, lo único que puede hacer es enriquecer nuestras propias producciones, aunque sean de otro estilo.
Vuestro crowdfunding ha tenido algunas peculiaridades: después Sony distribuye el disco, no había un objetivo económico tan claro… ¿por qué estas peculiaridades?
No entiendo a qué te refieres con lo de objetivo económico. Es importante entender que una cosa es la financiación de un proyecto, que en este caso ha sido posible -en parte- gracias a la generosa compra anticipada de mucha gente, y otra es la distribución de un disco. Antes estábamos con otra distribuidora y ahora hemos cambiado e incluso trabajamos con más libertad. El objetivo económico es exactamente el mismo de siempre: intentar sobrevivir de la música para seguir haciendo proyectos personales, dirigidos por nosotros en todos los sentidos, e intentando que el horrible contexto económico no afecte a la factura y calidad de lo que ofrecemos. De momento lo hemos conseguido; no ha sido fácil y estamos muy contentos con ello, además de agradecidos a toda esa gente.
El disco es top 5 en ventas en España en su primera semana. ¿Estabais al tanto? Si sí, ¿por medio de quién os habéis enterado?
Más allá de la efímera noticia y la -en realidad- no muy espectacular venta de discos que puedan haber sido, creo que es una buena noticia que música hecha sin intenciones comerciales (solo hay que escuchar el disco), que se autoproduce y que no se deja dominar por intermediarios, pueda llegar ahora a más gente que antes.
Esta pregunta puede parecer muy tonta, pero en la tradición independiente, parece que ha habido un desprecio siempre por el éxito, por la lista de ventas… como si vender quitara prestigio a una banda. ¿Os hace especial ilusión vender discos o para vosotros no es lo principal?
Lo que quita prestigio artístico a una banda, en mi opinión, es que las ganas de vender discos condicionen lo que ofrece. Evidentemente no ha sido el caso, y por lo tanto, cuantos más discos vendamos mejor: antes recuperaremos la inversión y mejor podrá ser nuestro próximo proyecto.