¿Está el nuevo invento de The Asylum, especialista en «mockbusters», a la altura de las circunstancias? En algunas ocasiones, sí. Menos seria que la obra en la que todos vimos a Elsa Pataky hacer maravillas con un chupito de aceite de oliva a miles de pies de altura, ‘Sharknado’ juega con descaro con el componente serie B, dejando todo un festival de gazapos que desafían todas las leyes de la naturaleza, entre cientos y cientos de tiburones voladores por todas partes, inundaciones improbables y una guía básica sobre cómo acabar con un tornado en Los Ángeles (lo típico) escrita por MacGyver. ¿Y qué decir de todos esos bañistas que al principio de la película, en lugar de alejarse del agua llenísima de tiburones, se dedican a corretear de un lado a otro de la playa sin alejarse en ningún momento ni un solo metro del mar?
La lista de protagonistas que sabes que van a morir desde que abren la boca (y esto incluye humanos y tiburones) es un suma y sigue, pero la gratuidad de escenas como la del autobús escolar pone en duda que el guionista Thunder Levin (‘Mutant Vampire Zombies from the ‘Hood!’) y el director Anthony C. Ferrante hayan tenido claro cuán cómico era lo que se traían entre manos para este verano. ¿Es ‘Sharknado’ tan hilarante, reúne suficientes sinsentidos descacharrantes o se queda en un aburrido medio camino? Tendrás tus dudas en algún momento de su metraje, pero merece la pena aguantar: el final es fantástico. ¿Para cuándo ‘Gatornados asesinos’? 6.