‘Arrow’: ¿más que una montaña de músculos?

Hay un pequeño inconveniente al que se enfrentan algunas series basadas en superhéroes: la infantilización de sus tramas. Lo vimos hace poco en ‘The Cape’, pero el caso de ‘Arrow’ es especialmente flagrante al estar basado en un cómic: con el foco puesto mayoritariamente en el público adolescente y familiar, los guionistas terminan rebajando el tono del argumento, para mostrar una realidad generalmente más descafeinada.

Muchos conocerán la historia de Flecha Verde, el superhéroe millonario creado por DC Cómics en la década de los 40, que tras perder toda su fortuna se une a Linterna Verde como defensor de los derechos de los ciudadanos y de los trabajadores. Si bien el superhombre tuvo que esperar hasta los años 60 para convertirse en un personaje con un mínimo de importancia, no ha sido hasta octubre del año pasado que se ha convertido en una serie de televisión que, precisamente, se estrena hoy en abierto en Antena 3.

‘Arrow’ cuenta, por tanto, la historia de Oliver Queen, un multimillonario que cinco años después de un naufragio y cuando todo el mundo pensaba que estaba muerto, es rescatado y devuelto a su ciudad natal (una imaginaria y corruptísima Starling City) donde se verá obligado a cumplir la última voluntad de su padre al tiempo que trata de guardar las apariencias para mantener en secreto su identidad secreta. A pesar de lo atractivo del personaje, una especie de cruce entre Batman y Robin Hood, no termina de llenar la pantalla: la montaña de músculos que lo interpreta (Stephen Amell) no da la talla en un papel como este, quizá porque todo lo que le rodea es más bien mediocre. Las tramas secundarias suceden capítulo a capítulo a una velocidad de vértigo y prácticamente sin orden ni concierto. Y las dos tramas subyacentes que hacen de hilo conductor de la historia -el naufragio, junto con la experiencia de Queen en la isla y la corruptela en la empresa familiar- se relegan a un tediosísimo y lentísimo segundo plano.

Esto, sumado a la pereza en general que produce todo lo que rodea al protagonista (un mundo que parece sacado de una mezcla entre el pijerío de ‘The O.C.’ y el existencialismo barato de ‘Dawson Crece’) solo contribuyen a producir bostezos generalizados. Eso sí, no pararás de reprocharte no ir más al gimnasio y de mirar tu barriga con absoluto desprecio. Eso está garantizado.

Calificación: 4/10
Destacamos: que pese a los contras, la serie ha firmado ya por una segunda temporada.
Te gustará si te gusta: que los cómics de superhéroes lleguen a la pequeña pantalla, sin importarte el resultado.
Predictor: lo cierto es que, como serie veraniega para pasar el rato, y viendo las alternativas, puede colar.

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Publicado por
Lolo Rodríguez