Black Rebel Motorcycle Club / Specter At The Feast

Para aquellos que hayan escuchado el nuevo álbum de BRMC de pasada, sin indagar demasiado en sus entresijos, pensarán que es un añadido más a una discografía que comienza a ser extensa, con siete discos en su haber, incluido este ‘Specter At The Feast‘, que es como lo han titulado. Es cierto que, para bien o para mal, el trío formado por Robert Levon Been, Peter Hayes y Leah Shapiro no ha cambiado de tercio desde que su homónimo debut vio la luz en 2001. Hay bandas que experimentan con casi cada nuevo disco, mientras que otras siguen erre que erre, persistiendo en una fórmula que funciona francamente bien, como es el caso de los autores de ‘Whatever happened to my Rock ‘N’ Roll (Punk Song)’. Sí, puede ser que en la superficie quede la impresión de que su rock unas veces desgarrado y grasiento y otras veces con tintes tanto psicodélicos como garajeros permanece intacto y en uno de los prismas por los que se observa este séptimo álbum puede que sea cierto, pero al escuchar con mayor detenimiento e investigar en lo que se encuentra tras los surcos hay mucho más de lo que inicialmente se podía esperar, suponiendo un salto frente a ‘Beat The Devil’s Tattoo‘ (2010) el disco que lo precedía.

Ese mismo año en el que su anterior álbum vio la luz, sucedió un desgraciado hecho que cambió la trayectoria de la banda, al menos subterráneamente: después de la actuación de BRMC en el festival Pukkelpop, Michael Been, co-productor, ingeniero de sonido, padre de Robert y ante todo mentor, falleció tras sufrir un ataque al corazón. Hay vídeos de actuaciones posteriores a la del Pukkelpop en las que, lógicamente, se ve a Robert hecho polvo y es que una pérdida así de grande deja huella y eso se nota en la tónica general de ‘Specter At The Feast’. Para empezar, homenajean a The Call, la banda de Michael, versionando ‘Let The Day Begin

‘, el primer single, una canción luminosa y enérgica, aunque con un octanaje menor del que nos tenían acostumbrados. Pero hay más: nada más entrar en el disco con ‘Fire Walker’, percibimos unas atmósferas más sombrías, con una calma tensa que otorga el pulso al tema, al igual que ocurre con ‘Returning’, que parece ligera y menos distorsionada en la superficie, pero con un desgarro en su interior que pone los pelos de punta.

La calma permanece en otros temas etéreos como ‘Some Kind Of Ghost’ o ‘Sometimes The Light’, con aires gospel y con menos chicha que lo que habíamos escuchado en cortes precedentes, formando el único bache que podríamos encontrar en el álbum, pero es peccata minuta al comprobar que pueden mezclar atmósferas y pulso, como en ‘Funny Games’ o ‘Sell It’ y, sobre todo, que no se han olvidado del rock and roll salvaje, como en ‘Rival’, ‘Hate The Taste’ o en ‘Teenage Disease’, donde perpetúan su adictiva fórmula, como comentábamos al principio del artículo. La producción pantanosa (pero no por ello carente de detalles), con la batería de Leah bien al frente y pegando fuerte al lado de la guitarra de Peter y el bajo de Robert vuelve a jugar en favor del trío, conformando un álbum que ha de gustar a todo aquel que se considere amante del buen rock and roll y por supuesto satisfará a aquellos que llevan siguiendo al grupo desde sus inicios. Oscuras nubes se cernían sobre BRMC, pero el trío ha salido fortalecido del envite y con muchas ganas de pelear.

Black Rebel Motorcycle Club actúan el domingo 21 en el Festival Internacional de Benicàssim.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Returning’, ‘Let The Day Begin’, ‘Rival’, ‘Funny Games’, ‘Sell It’.
Te gustará si te gustan: BRMC y quieres tazas y tazas de su caldo
Escúchalo: Deezer

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Miguel Sánchez