Monegros: música y 10 anécdotas imperdibles

Este fin de semana pasado han asistido a la 19ª edición del Monegros Desert Festival más de 38.000 personas, más o menos las cifras que se vienen repitiendo cada año, con un aumento de extranjeros –según datos de la organización- en el que encontramos mayoría de italianos, seguidos de franceses y en menor número británicos. Un festival no apto para todos los públicos, que con el lema de «20 horas de música non stop», es únicamente para mentes y cuerpos audaces.

Muchos son los factores que tener en cuenta antes de asistir. En su mayoría lo son de motivación, como si participáramos en una ginkana, convirtiéndose en motivo de orgullo una vez superados. Además de la climatología (se superan los 40 grados a las 10 de la mañana, se baja a menos de 20 por las noches o llueve al caer la tarde), hay que tener en cuenta que el aislamiento si no vas con coche propio es hasta que acaba el festival a la una de la tarde, y que los registros por parte de la Guardia Civil de bastantes autobuses -el nuestro fue uno de los elegidos con el consiguiente estrés inicial que acabó en jolgorio ante la mirada atónita del conductor del bus- tienen hasta nombre: “Operación Desierto”, que aportan los consiguientes titulares, desde hace varias temporadas, en la prensa local. Todo un tablado cuya máxima es la fiesta, y donde ligar, los protocolos, las diferencias de edad –aunque una mayoría no llega a la treintena-, o afligirse por la crisis quedan en segundo término.

Gran fuerza vocal la de Ayah Marar en las primeras horas de la tarde, demostrando que su colaboración con Calvin Harris en el décimo single de ‘18 Months‘ no es fruto de la casualidad. No apareció con el moño al que nos tiene acostumbrados en algunos de sus vídeos, pero sí se hizo acompañar hacia la mitad por Illa Man, que ejerció de Mc, llegando a subir al escenario por un instante a una muñeca hinchable tamaño natural y desnuda, que se encontraba en las primeras filas, a bailar con él. Todo ello instalado en el dubstep y D&B al que nos tiene acostumbrados la jordana, que introdujo algún ritmo jamaicano en una de las canciones de un set que apenas llegó a los 30 minutos.

Si alguien venía con intenciones de no poner fáciles las cosas ese era Joker, que llevó a rajatabla su máxima de mezclas intermitentes con subidotes nada simples, que tuvieron cierto respiro con el ‘Feel Good Inc’ de Gorillaz. Se creó un excelente ambiente entre los asistentes, especialmente cuando hacia la mitad de su actuación fue acompañado por un vocalista, todo bajo un mantra de notas de R&B y grime.

A las 21.30, cuando casi amenazaba la lluvia y bajo un cielo que no se sabía si era de atardecer o de amanecer, dio comienzo uno de los platos fuertes en el escenario principal: Justice en su lado como DJ’s. Una vertiente que parece darles más réditos que sacar temas nuevos. El arranque tuvo muy presente a Michael Jackson, no solo por el mismo artista sino por ‘The Way It Is’ de The Prodigy, con el genial sampleo que estos hicieron de ‘Thriller’. No dudaron tampoco en esos inicios de incluirse a sí mismos con ‘Civilization’ de su disco ‘Audio, Video, Disco’, ‘We are Your Friends’ o incluso casi al final “D.A.N.C.E” en una versión bastante desconocida, detalle muy de agradecer en ese ejercicio de autopromoción. Sonaron el clásico ‘Windowlicker’ de Aphex Twin y ‘Machine Gun’ de Portishead, un no tan clásico camino de convertirse en ese recurso tan socorrido para pinchar como lo es el ‘Blue Monday’ de New Order. Puede que les faltara algo de fuelle, sobre todo porque entre canción y canción bajaban el sonido, produciendo ciertos altibajos que se perdonaron ante un inesperado momento disco con ‘Rasputin’ de Boney M. Como también lo fueron casi para finalizar ‘Get It On’ de T. Rex, ‘Move Your Feet’ de Junior Senior o ‘Be My Baby’ de The Ronettes, que tuvieron cierta recompensa en la grada, tal vez por lo impensable del entorno, y por unas primeras gotas de lluvia.

Si algo se puede decir de primeras de Underworld es que su vocalista Karl Hyde no tiene nada que envidiar a los contoneos de caderas del algo más joven pero también cincuentón Dave Gahan de Depeche Mode. Por momentos cogía la cámara y se grababa a sí mismo, acompañado por visuales y una iluminación formada por la ya conocida red de leds luminosos, que abarcan todo el fondo del escenario y que les vienen acompañando en estas últimas giras. Su show recurrió a los sonidos más puros de techno y breakbeat, con una energía que sirvió de mecha parar prender al público rápidamente, tras el arranque algo frío de ‘Rez’ de su primer trabajo. El set se disparó de inmediato con ‘Always Loved a Film’ del último y se conservó en estado de ebullición hasta el final con ‘Born Slippy’, sin posibilidad de bises.

Llenazo para Public Enemy, que aparecieron en formato banda. Escoltados en todo momento por dos militares que, a ambos lados del escenario, no dejaron de hacer coreografías a cámara lenta, Flavor Flav y Chuck D dieron rienda suelta a un repertorio en el que no faltaron ‘Bring the Noise’, ‘Black is Back’ en su ramalazo más rockero, ‘He got Game’ para darnos algo de tregua o ‘Don´t Believe the Hype’. DJ Lord a los platos tuvo su momento de gloria, marcándose un potente scratch con el tema de Nirvana ‘Smells Like Teen Spirit’. Casi acabando, no pudieron faltar el protagonismo de los asistentes -hicieron subir a bailar a casi medio centenar de chicas-, ni tampoco los eslóganes sobre los aparatos de poder –»get the power» fue constante- o la discriminación, que les han llevado a predicar por rincones tan poco poblados como este desierto, donde fueron recibidos con entusiasmo. El eslogan más liviano fue «Monegros We Love You», en perfecta consonancia sonora en más de una ocasión: este año cumplen 25 años al pie del cañón y la exclusión por edad es igual de absurda.

Pudimos comprobar en el escenario principal, para hacer boca antes de salir disparados para ver a Vitalic, que en un principio a Richie Hawtin no le fue nada mal en cuanto a convocatoria, con mayor mérito si tenemos en cuenta la coincidencia con el francés. Casi la mitad de la sesión que pudimos ver fue con un sonido impecable, concentrando lo conceptual con la innovación y suponiendo toda una experiencia global, no solo por ofrecer la mejor electrónica, sino también por la circular luminosa que, de forma hipnótica y junto a los visuales, hacía caer en una espiral de dudosa salida.

Del mismo modo que el pavo no puede faltar en el día de acción de gracias en Estados Unidos, el francés Pascal Arbez no puede faltar en un festival como Monegros. Programado a una hora avanzada de la madrugada e inyectando un balón de oxígeno, el proyecto de Vitalic como Vitalic VTLZR aunó un directo, custodiado junto a un teclista y un batería, con la sincronización luminosa que lleva para dar a conocer su último trabajo ‘Rave Age‘. Prescindiendo de voces en directo, lanzándolas grabadas sin pretender ganar mayor o menor legitimidad y aunando electroclash conservador, rock y hard techno, dejó la ligera impresión de que antiguas canciones como ‘No Fun’, ‘La Rock’ o ‘My Friend Dario’ no se diferencian mucho en vivo de sus últimas producciones, como ‘Stamina’, que llegó a sonar -por segunda vez- en un solitario bis.

10 anécdotas imperdibles:

– No tuvimos constancia de que sonara ‘Get Lucky’ en ningún momento, ni siquiera en el escenario El Row. Aunque sí hubo reincidencias en algún escenario con ‘Kids’ de MGMT.
– Las mascarillas tuneadas de algunos asistentes para no tragar polvo, aunque la mayoría utiliza un pañuelo – se vende como “merchan”- del festival.
– El túnel de lavado (humano) que a modo de autolavado –son solo chorros de agua, nada de cepillos dando vueltas- sirve para hidratación de los más acalorados. Los hay que lo cruzan vestidos, los hay que lo hacen con algo menos de ropa.
– El photocall de la entrada: te puedes hacer una foto con el fondo de la vista panorámica del festival.
– Es fácil ver a Juan Arnau –promotor del festival- por los escenarios. Los momentos más señalados: felicitando en plena sesión a Marco Carola de madrugada, o regando con una manguera a los asistentes de las primeras filas del escenario El Row a media mañana.
– La cámara de vídeo voladora, a modo de nave espacial, grabando a los espectadores en la sesión de Tale of Us.
– En todas las sesiones el DJ tiene público alrededor en el escenario, desde el primero hasta Paco Osuna, que fue el último.
– El Caballo de La Fura del Baus con 16 metros de altura, que formaba parte del DesArt, mecanizado por 10 operarios para darle movimiento, y que, junto a otras atracciones, se podían disfrutar mientras los equipos de sonido hacían los montajes entre actuación y actuación.
– Los horarios para la firma de autógrafos de artistas como Justice, Underworld, Public Enemy o Vitalic. Echamos de menos algunos nombres de los convocados.
– En la mañana del domingo y durante horas, la cantidad de flotadores, manguitos y demás objetos acuáticos –delfines, orcas, martillos de plástico, biberones gigantes, pelotas, bates de béisbol de goma… – todos ya debidamente inflados, que salieron del escenario El Row en dirección a los congregados, creando el esperado jolgorio. Monegros, el Parque Acuático.

Fotos: Monegros
Agradecimientos: Alan

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Publicado por
Sr. John