Hoy, 20 años después, y aunque parezca mentira (como si internet, y lo que éste ha supuesto para la visibilidad y las relaciones homosexuales, no existiera), esas películas se siguen haciendo. Son esas que (re)llenan las programaciones de los cada vez más obsoletos festivales de cine gay. Lo que antes era necesario, ahora resulta superfluo. Antes se miraba hacia otro lado, se aplicaba una mirada condescendiente ante las evidentes carencias narrativas y estéticas de esas películas. Eran artísticamente inanes pero temáticamente interesantes, comprometidas. Caían simpáticas. Ahora no, esa coartada de las “buenas intenciones” ya no es válida. Y me refiero al cine producido en los países desarrollados, claro. Hacer cine de temática LGTB en Uganda, por muy malo que sea, sigue siendo necesario (además de una heroicidad).
Dicho esto, ¿cómo definir una película como ‘Romeos’? ¿Como una función escolar sobre la transexualidad masculina? ¿Como una parodia involuntaria del cine gay buenrollista que se hacía en los 90? ¿Como la película con el título más cursi estrenada en muchos años? Supongo que si eres un joven FTM (female-to-male) con necesidad de referentes, que vive en un remoto lugar sin conexión a internet y que nunca ha visto una buena película sobre la transexualidad (o incluso Gran Hermano), te puede interesar ‘Romeos’, disfrutar de ella, identificarte con el protagonista y los problemas derivados de su “secreto”. Vale. Le damos un 3. Pero, ¿y a todos los demás?
Como el guión de la película es más previsible que la comparecencia de Rajoy, y sabes lo que va a pasar desde los créditos iniciales, su visionado da para pensar (en otras cosas) un buen rato y hacerte muchas preguntas. Las más trascendentales son dos:
1) ¿Por qué se ha estrenado en cines esta película, que además es de 2011? Agosto siempre ha sido un mes muy extraño para los estrenos, y podría valer como justificación, pero también puede haber otra. Después del éxito -minoritario, pero éxito- de dos películas que tratan el tema de la transexualidad como la ambiciosa ‘Laurence Anyways’ y la sobresaliente ‘Tomboy’, ¿no será que los distribuidores han visto la oportunidad de colarnos “otra del mismo tema”?
2) Y, por último, ¿qué pasará por la cabeza de Sabine Bernardi, la directora de ‘Romeos’, después de ver la mencionada ‘Tomboy’? 3.